“Sí o no a la paz, ¿esa es la cuestión?”

Aportes de la más reciente versión de Diálogos CINEP

De izquierda a derecha: Rodolfo Arango, Alejandro Angulo, Lucía González y Alfredo Molano J.

De izquierda a derecha: Rodolfo Arango, Alejandro Angulo, Lucía González y Alfredo Molano J.

El 4 de agosto se llevó a cabo la tercera versión de Diálogos CINEP del 2016. En alianza con El Espectador, la actividad tuvo como moderador al periodista Alfredo Molano Jimeno, y contó con la participación como panelistas de Rodolfo Arango, constitucionalista y profesor de la Universidad de los Andes; Lucía González, asesora del Alto Comisionado para la Paz; y el padre Alejandro Angulo, coordinador del Banco de Datos de Derechos Humanos  del CINEP.

Según Rodolfo Arango, el advenimiento de un escenario electoral de cara a las presidenciales enrarecería aún más el ambiente del país, en caso de prevalecer el No en el plebiscito. Un proceso de paz, que hasta el momento ha sido manejado como un pacto de élites, debe contar, ante todo, con el protagonismo de la sociedad civil. Es ella la que está llamada a usar el espacio abierto, para avanzar políticamente en la exigencia de las reformas sociales pendientes en función de la asunción de una auténtica democracia.

En opinión del constitucionalista, a la clase política le ha faltado capacidad para entender el desafío histórico del momento actual: la posibilidad de nuevos aprendizajes en el campo de la argumentación para que el uso de las armas deje de ser una opción. Se entiende por qué mientras la sociedad exige el fortalecimiento de su futuro, unos cuantos siguen atados a la inmediatez de sus intereses particulares. Arango sostiene que hay que buscar un ideario político alternativo, contrapuesto al realismo y al pragmatismo de quienes tienen en mente la privatización de lo público en orden a su visión estrecha de desarrollo. A su parecer, en el plebiscito está comprometida la posibilidad de dar el salto de una cultura autoritaria, determinada por el militarismo, a una cultura civilista, con hábitos pacíficos de supervivencia.

Lucía González subraya la importancia de que la ciudadanía esté siendo convocada a tomar parte en una decisión histórica. Si, a su parecer, el país se enfrenta a un momento similar a la caída del muro de Berlín, ella está del lado de quienes prefieren ayudar a tumbarlo. Se radicaliza la responsabilidad ética de construir un país distinto. De ahí la necesidad de avanzar en materia de acceso a la tierra, participación política democrática y reparación, trabajando para que lo acordado se cumpla. “Es el momento de la sociedad civil por excelencia”, sostiene González. En su opinión, sigue pendiente que el liderazgo de las organizaciones sociales sea tenido en cuenta. “El gran capital para avanzar en la paz son las comunidades”, afirma: ellas tienen mejores argumentos para aprobar los avances en materia de transformación cultural y son ellas quienes más podrán llegar a enriquecerse del intercambio de saberes que un eventual pos-acuerdo traería al país.

Por último, el padre Alejandro Angulo sostiene que lo coyuntural del momento actual reside, en buena medida, en la oportunidad de poner fin a la política del exterminio recíproco que ha animado el desarrollo del conflicto. O se abre la puerta para que muchos puedan jugarse la vida como hacen los pobres o se fortalecen los argumentos para la vía armada. Las organizaciones sociales están listas para un nuevo escenario. Las víctimas tienen un camino adelantado en la comprensión de que la política es un asunto de construcción de lo público y de búsqueda del bien común. En su opinión, a ello se contrapone la “zarzuela política” de quienes obstaculizan las soluciones sociales haciendo del momento actual una ocasión para profundizar su afán de poder.

VNC

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