CHILE – “Los jóvenes necesitan música que hable de su relación con Dios”

cracovia-sotoRodrigo Soto participó con su música en Cracovia y asegura que la JMJ renovó su misión.

“Puede que les juzguen como unos soñadores, porque creen en una nueva humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos, ni ve las fronteras de los países como una barrera y custodia las propias tradiciones sin egoísmo y resentimiento. No se desanimen: con la sonrisa y los brazos abiertos ustedes predican la esperanza y son una bendición para la única familia humana, tan bien representada por ustedes aquí”, dijo el papa Francisco a casi dos millones de jóvenes en la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Cracovia, el pasado 31 de julio.

Entre ellos había casi dos mil jóvenes chilenos que también participaron en la vigilia de oración durante toda la noche anterior en ese mismo lugar, el Campus Misericordiae. Oración de preparación a esa celebración eucarística tan significativa que incluía la renovación de las promesas bautismales y en la que, antes de finalizar, el Papa anunció que la próxima JMJ será en 2019 en Panamá. Sin duda, esa afirmación provocó inmensa euforia en los latinoamericanos allí presentes.

Uno de los chilenos presente en esa misa, Rodrigo Soto, siente renovado ese desafío con un nuevo impulso a continuar su tarea evangelizadora a través de la música. “Llevar el Evangelio a tiempo completo no es fácil –comenta–, pero es tremendamente gozoso. Dedicar mi vida a Cristo es la mejor decisión que he tomado”.

Rodrigo cantó en dos de los 24 escenarios ubicados en Cracovia y otros lugares cercanos, que tuvieron actividades desde el martes al viernes, entre las catequesis y las juntas vespertinas con el papa Francisco, en lo que fue el Festival de la Juventud.

“Cantar en dos escenarios distintos en la misma ciudad ante más de dos millones de peregrinos fue algo impagable”, relata Rodrigo en conversación con Vida Nueva. Y continúa: “El primer escenario fue Maly Rynek, una carpa montada en el mercado de la ciudad de Cracovia con una pantalla gigante y asientos para unas doscientas personas dentro de la carpa y mucha otras más mirando desde lejos. El segundo fue, al día siguiente, en la Plac Marii Magdaleny, una plaza frente la facultad de sociología. La juventud manifestó allí la diversidad propia de la vida y su energía. Por estos escenarios pasaban las delegaciones de diferentes países cantando y bailando.Unas dos horas de concierto en cada escenario fue lo que pude compartir con los jóvenes”.

Este joven nació en Iquique, ciudad donde terminó sus estudios de Derecho. Su práctica profesional la hizo en Rancagua, ciudad en la que hoy vive con sus dos hermanas y su madre. Se integró a colaborar en la parroquia de la Santísima Trinidad y en el movimiento de la Renovación Carismática. “Mi participación en Cracovia –dice– se gestó mediante una propuesta que cada cantante tuvo que hacer en la página oficial de la JMJ y fui seleccionado. Eso fue una bendición de Dios. Estoy convencido que Dios tenía ese lugar preparado para mí, cuando cantaba pasaban por mi mente los años que vengo dedicándole a esta misión y, sobre todo, lo difícil que es llevar el Evangelio. Cada canción me daba más fuerza y valentía”.

El camino sigue
“Falta mucho por recorrer en este ministerio de evangelización, pero tengo la impresión de que voy por un buen camino”, piensa Rodrigo Soto. Después de vivir esta experiencia en la JMJ Cracovia 2016, cree que “los jóvenes necesitan música que hable de su relación con Dios, necesitan ver a referentes que los motiven a seguir en busca del amor de los amores, y que cuando lo encuentren sepan qué hacer”.

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Además de su participación en el Festival de la Juventud, la JMJ misma fue una vivencia intensa, porque también tuvo la oportunidad de atravesar otras experiencias. “Me tocó vivir cuatro días con los voluntarios de la JMJ, jóvenes que se dedican a ayudar a los peregrinos que van llegando de diferentes países”, recuerda. Y agrega: “Conocí hermosas personas con las cuales hice una linda amistad y compartí vivencias como peregrinar al santuario de la Divina Misericordia o al de san Juan Pablo II, donde me impresionó ver su alba manchada con sangre a causa del atentado que sufrió en 1981”.

Rodrigo Soto ha recorrido todo Chile con su canto. También varias ciudades de Perú, Bolivia y España, cantando en escenarios grandes y pequeños. Ha grabado dos discos, el segundo, llamado Santo, ha tenido gran éxito en Colombia, llevándolo a ocupar lugares destacados en algunos rankings internacionales. “Pero no dejo que eso me nuble. La misión evangelizadora es más que luces, más que internet. Es llegar al corazón de las personas y lograr que tengan un encuentro con el Señor”, asegura. Mientras tanto, sigue trabajando para la grabación de un nuevo videoclip.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

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