Un grito contra la trata

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Unas jóvenes en el muro de Urca, un mirador donde se observa el Cristo Redentor

Los religiosos brasileños lanzan una campaña para animar a denunciar la explotación sexual y laboral en los Juegos

Los grandes acontecimientos deportivos ofrecen el caldo de cultivo perfecto para que proliferen la explotación sexual y la trata de seres humanos. Entre los cientos de miles de aficionados, llegados de todo el mundo, que se congregan en estas citas, hay un porcentaje de personas, en su inmensa mayoría hombres, que asocian la diversión con la prostitución. Tampoco faltan los empresarios sin escrúpulos que echan mano de trabajadores en régimen de esclavitud para aprovechar al máximo las oportunidades económicas generadas por los eventos multitudinarios ligados al deporte. Con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la Vida Consagrada brasileña ha puesto en marcha la campaña Um grito pela vida (Un grito por la vida), destinada a informar y concienciar sobre este problema tanto a los ciudadanos como a las agencias de viaje, organizaciones deportivas y medios de comunicación que tengan algún tipo de implicación en este evento. Colabora con esta iniciativa ‘Talitha Kum’, la red contra la trata de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).

“Durante los grandes eventos, las necesidades, las oportunidades y las amenazas juegan todas en el mismo campo”, advierte sor Eurides Alves de Oliveira, coordinadora del proyecto Um grito pela vida. “Por un lado hay más posibilidades de trabajo, con las consecuentes esperanzas de lograr mejores condiciones de vida para la población. Por otro lado, se multiplican las amenazas. Si la sociedad y las instituciones no están atentas, en este juego tienden a aumentar las situaciones de degradación y amenaza para la vida, como las expropiaciones forzosas, la violencia sexual y el trabajo infantil”, denuncia la religiosa brasileña. Lanzada en Brasil el pasado 31 de mayo, la campaña de concientización contra la trata recoge el testigo de la iniciativa similar puesta en marcha durante la celebración de la Copa Mundial de Fútbol. Los resultados entonces fueron esperanzadores: el proyecto contribuyó a que aumentaran un 42% las denuncias de explotación sexual de niños y adolescentes, así como las de trata de seres humanos.

Nacida en 2009, ‘Talitha Kum’ ofrece a la campaña Um grito pela vida su experiencia en la lucha internacional contra el tráfico de personas a través de la coordinación de redes pertenecientes a diversas congregaciones. Hoy está presente en 70 países. “Invitamos a todos los deportistas y aficionados que viajen a Río a denunciar cualquier forma de explotación de la que tengan conocimiento, sobre todo la explotación sexual de niños y adolescentes”, pide sor Gabriella Bottani, coordinadora de ‘Talitha Kum’. “Hay quien dice que no se deben hacer estas campañas para no asociar el deporte y la trata. Pero las hacemos precisamente porque el deporte no debe estar asociado a la trata y a la explotación”. “En Brasil solo hay que llamar al número gratuito 100, donde también se puede denunciar de forma anónima. ¡No permanezcáis indiferentes!”, clama la religiosa.

Una lucha conjunta

En la presentación de la campaña en Roma, a finales de junio, participó el cardenal brasileño João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien considera que la iniciativa está “al nivel de las acciones más bellas y profundas de amor a la vida”. El “ministro” del Vaticano para los religiosos aplaude el trabajo en red tanto de Um grito pela vida como de ‘Talitha Kum’, pues “nos enseña a trabajar juntos. Es un valor para nosotros profundamente evangélico y también un ideal de que podemos vivir los unos con los otros”. Tras recordar que antes se luchaba contra esta lacra “cada uno por su cuenta”, subraya que al afrontarlo de manera conjunta entre las distintas congregaciones se tiene más capacidad para afrontar sus causas. “Hay también una dimensión política que me parece importante tener en cuenta, porque así se va con profundidad hacia intervenciones más concretas”.

En la misma línea se expresa el religioso brasileño Mario Geremias, otro de los responsables de la campaña. “Esta iniciativa es un gesto profético que fortalece a los consagrados de Brasil. No sólo denunciamos las consecuencias del tráfico, sino también sus causas”, comenta. “Detrás de este problema hay un sistema injusto que crea expectativas que luego no cumple. Ahí están las verdaderas causas que llevan a la gente a vender sus sueños y acaban con sufrimiento y dolor. A los pies del Cristo Redentor confirmamos que, al igual que el cuerpo del Señor es sagrado, todo cuerpo humano también lo es”.

En esta búsqueda por atajar las causas que acaban favoreciendo la trata, los consagrados brasileños no ahorran críticas al Gobierno provisional de Michel Temer, en el poder desde que el estallido de la crisis política el pasado mes de mayo provocó la caída de la anterior presidenta, Dilma Rousseff. Los responsables de la campaña Um grito pela vida denuncian la inestabilidad social, económica e institucional en que se haya sumido el país, responsables de la “turbación, inseguridad, intolerancia y recesión” actuales. Critican a Temer por recortar muchas de las “conquistas de las últimas décadas” para las clases más desfavorecidas y, en particular, lamentan la cancelación del Ministerio para los Derechos Humanos. Estas nuevas políticas facilitan que muchos de los que se encuentran en los márgenes de la sociedad caigan de nuevo en la prostitución o en manos de los traficantes de seres humanos.

Darío Menor. Roma

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