CHILE – “Estamos llamados a proclamar un tiempo nuevo”

El Cardenal Ricardo Ezzati presidió, en el santuario mariano de Lo Vásquez, la celebración con la que culminó el paso de los obispos chilenos por la Puerta Santa.

El cardenal arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Ricardo Ezzati, hizo un llamado “a proclamar un tiempo nuevo”. Fue en la homilía que pronunció durante la celebración eucarística con la que culminó el paso de los obispos chilenos por la Puerta Santa, con ocasión del Año de la Misericordia, realizada en el santuario mariano de Lo Vásquez en la diócesis de Valparaíso.

Ante una multitud de creyentes y con participación de 35 prelados, siete de ellos eméritos, Ezzati expresó: “Hemos peregrinado hasta Lo Vásquez para encontrarnos con Jesús buscando el corazón, la misericordia, la ternura de nuestro Padre que se manifiesta en la ternura de María”. En el año de la misericordia “estamos llamados a proclamar un tiempo nuevo, un tiempo en el cual queremos vivir en la atmosfera del amor y la misericordia de Dios como recuerda san Pablo”, enfatizó.

Asimismo, el cardenal chileno explicó que “Jesucristo es el buen samaritano, que ve a los obispos muchas veces al borde del camino heridos por sus pecados, por sus fragilidades, pero el Hijo de Dios no es alguien que pasa de largo, es el hijo de la misericordia del Padre, la encarnación de su misericordia, que se detiene, que se hace hombre semejante a nosotros, muriendo en la cruz para que podamos iniciar un proceso de liberación, de gracia que transforme nuestra fragilidad en el gozo de ser hijos de la misericordia del Padre”.

“El año de la misericordia –continuó – nos invita a los obispos a vivir sintiéndonos liberados por el amor del Señor, que nos ha escogido para ser apóstoles de su hijo, anunciadores y embajadores de misericordia, aquellos que en virtud de la ordenación sacerdotal y episcopal, estamos llamados a ser signos sacramentales de la misericordia del Señor. A los Obispos este año nos invita a vivir dos actitudes: experiencia de ser rostro de Dios y experiencia de sentirse recogidos al borde del camino por el buen samaritano”.

Así como lo han hecho las comunidades, también los obispos traspasaron la Puerta Santa, acogiendo la invitación del papa Francisco. Fue un momento de encuentro fraterno en que agradecieron por su ministerio, ofrecieron los gozos y esperanzas del país y de la Iglesia, y pidieron al Señor por Chile y sus habitantes, por la defensa y promoción de la vida y la dignidad humana, por las familias y por la justicia social.

Antes de cruzar la Puerta se persignaron con agua bendita para recordar su bautismo; una vez pasada representantes de la Pastoral Social Caritas los invitaron a besar un crucifijo, como signo de renovación de su seguimiento a Cristo; más adelante besaron el Evangeliario, recordando su misión de anunciar la Palabra de Dios y hacerla vida. Ya en el presbiterio, y guiados por el arzobispo emérito de Santiago, cardenal Francisco Javier Errázuriz, renovaron su profesión de fe. En todos estos signos los obispos fueron acompañados por cantos y oración de la asamblea que llenó el templo.

 

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