BOLIVIA – “De la reflexión a la denuncia de lo incompatible con el Evangelio”

Los dominicos celebraron los 800 años de fundación con un encuentro para profundizar su lema “Ve y predica”.

Mientras el mundo cambia frente a los avances inexorable de la ciencia y la tecnología y, por ende, las relaciones humanas, los dominicos han decidido “armar lío” dondequiera que estén y así cumplir el mandato del “Ve y predica” que su fundador, santo Domingo de Guzmán, les encomendó hace 800 años.
Por eso, la provincia boliviana de los dominicos celebró los 800 años de la fundación de la Orden de los Predicadores con un encuentro en su cuartel general de Cochabamba. Y para cumplir con este objetivo, compartieron las jornadas del encuentro con uno de sus predicadores más famoso: Felicísimo Martínez Díez.

Durante tres días, este dominico español platicó con todas las ramas de la familia dominicana, desde los seglares hasta los movimientos ecuménicos, pasando por los propios frailes. “Nuestro compromiso está en clavar el mensaje del Evangelio en la vida cotidiana de la gente, convencido que la Palabra es una fuente de ánimo y de consuelo con la cual se puede dar sentido a la vida y a todo”, resumió Martínez Díez.

El dominico español llegó a Bolivia con el objetivo de animar a su comunidad y a la Iglesia en general “a situarse en el tiempo y a relacionarse más con este mundo cambiante, no de manera judicial, juzgándolo por sus miserias, sino valorando los avances en materia de democracia, derechos humanos, ecología, con el Evangelio en la mano”. De esta manera, es posible discernir lo positivo de lo negativo, desde el diálogo.
“Ése es nuestro gran desafío como orden de los predicadores y como Iglesia –aseguró el célebre predicador–, pasar de la reflexión interior a la denuncia de lo que es incompatible con el Evangelio”.

Todo esto, Martínez Díez lo profundiza en su último libro Ve y predica (Edibesa) que brinda un análisis crítico y bien contextualizado del proyecto fundacional de su congregación, tal como lo concibió su fundador, con lo cual la Orden de Predicadores se compromete una vez más con el ministerio de la predicación.

ROBERTO MONARCA. LA PAZ

 

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