Vigilia JMJ: ¿esterilla o sofá?

vigilia de la Jornada Mundial Juventud Cracovia 2016 30 julio 2016

JOSÉ BELTRÁN, enviado especial a CRACOVIA | Termina la vigilia. Me tumbo sobre el saco esta noche en la que toca dormir a la intemperie. Y pienso en el sofá de pasado mañana. Cuando regrese a Madrid. La JMJ está a punto de esfumarse y toca elegir: ¿esterilla o sofá?

Serían los dos últimos regalos sobre la mesa de la subasta del ‘1,2,3’: un sofá y una esterilla. Mayra Gómez Kemp diría su “hasta aquí puedo leer”. El concursante sabe que detrás de uno está el mejor regalo y, del otro, irse con las manos vacías. Y a pesar de todas las pistas dadas, todavía dudamos.

Francisco da la pista definitiva en la vigilia con los jóvenes, a los que citó en el Campus de la Misericordia de Cracovia. “Creemos que para ser felices necesitamos de un sofá”. Lo plantea cuando los jóvenes han recorrido varios kilómetros y ha pasado el día bajo un sol que no ha dado tregua. Pero consciente de que el sillón les espera de vuelta a casa. “Para muchos es más fácil y beneficioso tener a jóvenes embobados y atontados que confunden felicidad con un sofá. Eso resulta más conveniente que tener jóvenes despiertos, inquietos respondiendo al sueño de Dios y a todas las aspiraciones del corazón”.

El Papa advierte de los riesgos de quedarse apalancado. Para los obispos, sacerdotes o religiosos que piensen que Bergoglio solo les confronta a ellos, deberían ver cómo desinstala también a unos jóvenes que le dan la razón con aplausos.

“Jesús es el Señor del riesgo, del ‘siempre más allá’, no es el señor del confort, de la seguridad, de la comodidad”, les reta para instarles a que su fe no solo se quede en una idea. Aquello hay que concretarlo. En una opción de vida, con esterilla en mano: “Nuestro Dios nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales”. Para el Papa, estas “locuras” de Dios conlleva hacer realidad las obras de misericordia, en lograr una economía sostenible.

Con estas pistas, está claro que el sofá no es la elección. Pero ya puestos en marcha, Bergoglio pide vivir “con las botas puestas”. Y para hacerse comprender por quienes tiene enfrente, les apunta que “Dios solo acepta titulares en el campo de juego, no suplentes”. Y no con un afán selectivo. El entrenador cuenta con todos. Es el jugador el que ha de poner el resto. “Jesús te invita a dejar tu huella en la historia”.

Y como decían los concursantes más convencidos del ‘1,2,3’ a Mayra: “Hemos venido a jugar, y nos la jugamos”. Con Dios vale esta misma actitud. Con esterilla en mano y las zapatillas a los pies. Para dejar rastro. Para hacer camino.

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