Juan Carlos Elizalde: “En la mochila de un obispo en la JMJ tiene que haber saco de dormir y esterilla”

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, peregrina con los jóvenes de la diócesis en la JMJ Cracovia 2016, Siewierz Diócesis de Sosnowiec en Silesia

‘Vida Nueva’ entrevista al prelado de Vitoria, que ha peregrinado con su diócesis en autobús

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, peregrina con los jóvenes de la diócesis en la JMJ Cracovia 2016, celebración Czestochowa 25 julio

El obispo Elizalde con un grupo de jóvenes de su diócesis, ayer en Czestochowa

MARÍA PÉREZ | “Cuando los jóvenes nos dan a los pastores la posibilidad de poder acompañarles, ellos crecen y nosotros rejuvenecemos”. Lo dice Juan Carlos Elizalde (Mezquíriz, Navarra, 1960), obispo de Vitoria. Designado por el papa Francisco en enero de este año, este prelado tuvo claro desde el principio cómo quería vivir la JMJ: peregrinando junto a sus jóvenes como uno más. Vida Nueva habla con este navarro con corazón de vasco a la salida del encuentro de Czestochowa.

“Fui ordenado hace cuatro meses y medio, así que esta es mi primera JMJ como obispo”, explica Juan Carlos Elizalde a Vida Nueva. “En mis 29 años de sacerdote he ido a muchas, pero esta es distinta: en esta participo con especial ilusión, por lo que quería vivirla junto a todos mis hermanos sacerdotes”.

Nombrado obispo de la Diócesis de Vitoria el 8 de enero de 2016, su consagración tuvo lugar el 12 de marzo en la Catedral de María Inmaculada de Vitoria. Desde ese momento, “no dudé en apuntarme con los jóvenes de Vitoria, porque la JMJ la hacen los jóvenes y comienza en el momento en que ellos salen de sus casas rumbo a Cracovia”.

Son pocos los obispos españoles que han optado por llegar hasta Cracovia peregrinando en autobús. Tal y como informaba Vida Nueva, Joaquín López de Andújar y José Rico Pavés, obispos de Getafe, también tuvieron claro desde el principio que su lugar estaba en la peregrinación junto a los jóvenes. “Es necesario acompañarles, compartir sus inquietudes, rezar y reír con ellos para poder vivir la JMJ a fondo. Cuando los jóvenes nos dan a los pastores la posibilidad de poder acompañarles en su vida, ellos crecen y nosotros rejuvenecemos”, ríe Elizalde.

Saco de dormir, batería para el móvil y la sotana de gala

Por ello, “en la mochila de un obispo para la JMJ tiene que haber saco de dormir y esterilla, pero también ropa ligera, útiles de aseo… y batería extra para el móvil, ¡porque en el móvil está todo! Las horas litúrgicas, el correo electrónico, bibliografía variada y los contactos…”. ¿Algo que lleve con especial ilusión en la mochila? “La sotana de gala para los encuentros con el Papa, que inevitablemente llegará un poco arrugada”, dice el obispo de Vitoria.

“Espero mucho de esta JMJ, espero más que nunca”, confiesa a Vida Nueva. “Para mis jóvenes, espero la posibilidad de la experiencia de Dios, el amor apasionado a la Iglesia y decisiones vocacionales. Del papa Francisco espero contagiarme de su manera de ser pastor: unos días a su lado serán una bendición que seguirá marcando mi vida”.

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, peregrina con los jóvenes de la diócesis en la JMJ Cracovia 2016, Siewierz Diócesis de Sosnowiec en Silesia

El grupo de Vitoria ha estado alojado en la localidad de Siewierz, en la Diócesis de Sosnowiec (Silesia, Polonia)

Czestochowa, “primer encuentro con una Iglesia grande”

En Santuario de Jasna Gora, en Czestochowa, se dieron cita el lunes 25 de julio 9.000 de los cerca de 31.000 jóvenes españoles que van a participar en la JMJ, para celebrar la fiesta de Santiago Apóstol, patrón de España. Una experiencia que, en palabras del obispo de Vitoria, “ha sido el primer encuentro con una Iglesia grande, pueblo de Dios que peregrina en nuestra patria”.

“Nosotros, de todas las diócesis de España, estábamos convocados junto a la Virgen de Jasna Gora para celebrar la Eucaristía en el día del Apóstol Santiago. Los jóvenes de Vitoria han pasado por el icono de la Virgen Negra para presentar ante María sus preocupaciones y esperanzas, sus familias y amigos”.

Presidido por el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, al que acompañaron más de una treintena de obispos y unos 150 sacerdotes concelebrantes, el encuentro congregó a miles de jóvenes españoles a punto de estrenar la JMJ.

“Muchos de ellos con la lágrima floja porque se acababan de despedir de las familias que espectacularmente les han acogido en estos Días de las Diócesis”, confiesa el obispo de Vitoria. Y es que, a juicio del navarro, “se han volcado familias, autoridades civiles y parroquias. Ha sido una experiencia emocionante, una experiencia de Iglesia. Los jóvenes han comprobado que ser Iglesia es familia, amistad, entrega, comunidad y sentimientos. No entendían cada palabra de la Eucaristía en las parroquias polacas pero han vivido como nunca cada una de esas Eucaristías”.

Por eso, “esta de Czestochowa el día 25 les ha pillado motivados: a la pregunta del Evangelio ‘¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber?’ nuestros jóvenes han respondido ‘¡Podemos!’. Ellos han aprendido que seguir a Jesús es arriesgado y difícil, pero con otros jóvenes es posible y entusiasmante. Si Jesús en Juan confía la Iglesia a un joven, los jóvenes tienen su misión y su liderazgo hoy en la Iglesia. Santiago es modelo de respuesta entusiasta con todas las consecuencias, es una llamada a construir el mundo con el Señor Jesús”.

Con una homilía de Ricardo Blázquez centrada en la construcción de una Europa sin fronteras y la importancia del compromiso social de los jóvenes, “el aplauso cerrado a los obispos ha marcado la transición entre la misa y la velada”.

“El festival después de la Eucaristía ha quedado deslucido por el agua, pero, como pasa siempre, lo mejor no lo pone la organización, sino los mismos jóvenes y eso está asegurado con o sin lluvia: canciones, risas, saludos, bailes y mucha alegría”, explica Elizalde. “Ha sido un arranque genial para una JMJ que se inaugura de manera oficial hoy martes 26, con la misa de apertura”.

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