PARAGUAY – La Justicia condenó a 11 campesinos

Grupos sociales y religiosos reclaman la #‎AbsolucionYa ante la sentencia del caso Curuguaty que habría surgido por una investigación parcial.

“Justicia” y “Absolución ya” eran los gritos de niños, jóvenes y ancianos autoconvocados –la mayoría, familiares de los campesinos acusados por la masacre de Curuguaty– frente al Palacio de Justicia de Asunción, mientras se leyó la sentencia que condenaba a 11 campesinos. Como era de esperar, luego de darse a conocer el fallo judicial, los abucheos de los familiares de los labriegos duró largo rato frente a un operativo de seguridad compuesto por unos 1500 agentes.

Si bien los familiares y varias agrupaciones sociales comprometidas con el caso confiaban en que iba a haber verdadera justicia, las sospechas de tantos otros allegados a los campesinos de una posible investigación fraudulenta y una sentencia imparcial en torno a la masacre –ocurrida el 15 de junio del 2012, en la que murieron 11 campesinos y 6 policías en un confuso tiroteo– se hacía realidad.

Parte de lo expuesto por la acusación señala que los campesinos ingresaron “asumiendo una actitud belicosa, portando armas y cubriendo sus rostros”, negándose “a identificarse”. También se alegó que los policías que llegaron al lugar “fueron recibidos con violencia por parte de los ocupantes que portaban armas de fuego”.

“Los procesados conformaron en libre y espontáneo propósito común de organizarse en un grupo con fines delictuales, realizando varios hechos anteriores como ocupar Campos Morombí y permanecer allí a la fuerza”, expresaba un fragmento de la extensa conclusión.

La sentencia también asegura que quedó probado que el 14 de junio del 2012, cada uno de los ocupantes “conocía perfectamente el lugar que tomaría dentro del plan de recepción”, así como “la función específica que debían cumplir”.

 

Esclarecer los hechos para sostener la paz

En la edición anterior de Vida Nueva (Nº 84, “¡Pido a los jueces que tengan ética!”) dábamos cuenta de la preocupación de la Iglesia paraguaya por este caso y reproducíamos algunas de las declaraciones del obispo de San Juan Bautista, Mario Melanio Medina, quien denunció que la tragedia de Curuguaty fue un “montaje”, detrás del cual estaba Federico Franco, el segundo de Fernando Lugo, que quería ser presidente.

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Una semana antes, el viernes 8 de julio, los obispos del Paraguay manifestaron su “inquietud” mediante un documento. “Nos hacemos eco de la muestra de incertidumbre de un sector de la ciudadanía, especialmente de los familiares, que sigue latente con relación a los involucrados en el proceso”, relataron los prelados. Y reclamaron “esclarecer los hechos a partir de elementos de juicios valederos, para no condenar a inocentes y absolver a culpables”.

“Es de vital importancia que los jueces demuestren absoluta imparcialidad en el momento de dictar una sentencia”, opinaron.

Antes, durante y después de la lectura de la condena, distintos referentes eclesiales acompañaron a los familiares y amigos de los campesinos acusados. Los religiosos Germán Pravia y Margot Bremer encabezaron una celebración de la Palabra durante una Vigilia frente al Palacio de Justicia, “en espera de la #‎AbsolucionYa de los presos políticos de #Curuguaty”, según la cuenta de Twitter @NulidadYa_Py.

Luego, ante a un grupo de madres de los campesinos acusados, que se habían encadenado frente al Palacio de Justicia, Pravia y el sacerdote Francisco Oliva, celebraron una emotiva misa.

FERNANDO COSTA. ASUNCIÓN

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