CHILE – Jóvenes comprometidos con el bien común

CHI-jovenes (1)Cientos de participantes se han formado en liderazgo para impregnar con valores cristianos su entorno social y político.

Con el respaldo de las universidades Católica de Chile, Finis Terrae y San Sebastián, además del Instituto DUOC UC, se constituyó en 2006 la Academia de Líderes Católicos, fundación sin fines de lucro para la formación de líderes desde una perspectiva católica a partir de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y con el objetivo de imbuir los valores cristianos en el mundo social, político y económico del país. Desde entonces han implementado el Seminario de Líderes Católicos, los Talleres para Centros de Alumnos y la Escuela Nacional de Líderes Católicos, actividades en las que se forman cientos de personas a lo largo del país, quienes motivadas por el testimonio de políticos, empresarios y líderes sociales, se comprometen a ser verdaderos líderes que buscan el bien común.

La creciente penetración e influencia que va alcanzando este programa motivó la realización, en Santiago, del Primer Congreso Nacional de la Academia de Líderes Católicos en el que participaron unos 300 jóvenes de varias diócesis chilenas. El cardenal arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, dijo a los jóvenes: “un buen líder es alguien que aprende a ver, a conmoverse y a compartir con el otro. Jesús es el buen samaritano que ve a cada uno de ustedes, los mira con compasión, se conmueve con la vida, los deseos, las intenciones que cada uno tiene, su miseria y sus pecados”.

Bajo el lema Jóvenes al servicio de la Misericordia de Dios, el Congreso buscó detectar los desafíos que los jóvenes ven en nuestra sociedad actual, y cómo enfrentarlos a la luz de la misericordia: “Los temas se elaboraron a partir de un proceso participativo, donde se escuchó la reflexión de los jóvenes, rescatando los puntos que más se repitieron entre sus preocupaciones. Así se elaboró un índice del documento conclusivo”, explicó Víctor Ramírez, coordinador del Congreso.

“Lo que más influye en lo público es la coherencia, decir y hacer lo correcto”, expresaron los jóvenes al momento de pensar en cómo ser anunciadores de la misericordia. Y agregaron: “Hay que entender el contexto en el que tenemos que anunciar, el tiempo en que vivimos y perseverar para llegar al corazón de las personas”.

Los temas abordados fueron la política, la migración, la relación con otros credos, los derechos humanos, las personas privadas de libertad y los jóvenes que ni trabajan ni estudian.

En sus conclusiones, los jóvenes llamaron a no dejarse vencer por la cultura de la indiferencia: “Afirmamos que la indiferencia que padecemos, genera exclusión de adultos mayores, de personas en situación de calle, de enfermos, inclusive ocurre en nuestra propia familia”. Y terminaron llamando a todos los jóvenes de buena voluntad a ser protagonistas del presente, para tener un futuro mejor: “El cambio en el mundo, parte por nosotros, desde nuestras realidades personales, hacia el mundo que nos rodea”.

Javier Berrocal, oriundo de Panguipulli y estudiante de Periodismo en la Universidad Austral de Chile, se refirió así al Congreso: “La experiencia de compartir con jóvenes de gran parte del país con las mismas ansias de cambio, de un Chile mejor, de poder cambiar el mundo para mejor fue una enorme bendición”.

 

Remar contra corriente

En una cena organizada por esta Academia, Ezzati junto con dos de sus obispos auxiliares, Fernando Ramos y Jorge Concha, se reunieron con cien políticos y líderes sociales para agradecerles su participación en la Escuela de Líderes Católicos. También compartieron la mesa obispos de cuyas diócesis asistieron laicos a la Escuela.

“Yo quisiera agradecer a la Academia de Líderes Católicos porque no solamente ha tratado de formar un joven bueno. Si no que ha tratado de infundir esa bondad que pueda cambiar el mundo en tantos y tantas jóvenes de Santiago y de Chile”, manifestó el cardenal.

Por su parte, José Antonio Rosas, director general de la Academia de Líderes Católicos, pronunció: “Les damos las gracias a cada uno, porque sabemos que a ustedes les toca remar contra corriente, porque a pesar de la crisis de confianza que vive la actividad política continúan luchando por reivindicar y relegitimar la actividad política, actividad que, como nos dijo el papa Francisco hace algunos meses, ‘es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común’”. Y agregó: “El Papa nos recordó que el trabajo que ustedes tienen no es fácil, como dijo él mismo. Ser político no es fácil, pero tampoco es fácil llegar a ser sacerdote”.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO

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