También promueve declarar ilegal la pobreza
Cada año la Comisión Ética Contra la Tortura, en Chile, conmemora el Día Internacional de Lucha contra la Tortura, instituido por Naciones Unidas, con el propósito de apoyar y solidarizarse con personas que han sido sometidas a torturas o a tratos crueles e inhumanos. Este año destacó a cinco personas que han luchado por defender los derechos humanos y sociales en Chile, entregando a cada una de ellas una medalla durante un acto solemne realizado el 28 de junio en Santiago.
Allí fue destacado Luis Infanti, obispo del Vicariato Apostólico de Aysén, por su lucha y defensa constante del agua como elemento esencial para el cuidado de la vida y también por ser promotor de la campaña Declaremos Ilegal la Pobreza, por considerarla una forma de tortura que ataca día a día a miles de personas en nuestro país.
Infanti expresó que durante la ceremonia de entrega del premio, “hubo un recuerdo muy especial al padre José Aldunate, que en años muy complicados y difíciles en nuestro país –dictadura– creó un movimiento no violento contra la tortura, llamado Sebastián Acevedo”. Y siguió: “La tortura no se entiende sólo como un acto inhumano e indignidad en dictadura sino enfatizamos que hoy, una de las tantas torturas que hay, es el empobrecimiento, personas que son torturadas día a día con el flagelo de la falta de agua, de educación, de salud, entre otras. Lo que llamamos pobreza, es también, una forma de torturar, de maltratar a muchas personas, privándolas de su dignidad y sus derechos”.
Poderosos depredadores
A mitad de junio, Infanti dio una conferencia en el seminario El agua como derecho humano, en la diócesis de Linares. Allí, entrevistado por radio Cooperativa, expresó que los dramas sociales de los más necesitados ocurren por “problemáticas que no son fruto de la realidad, son fruto de un sistema político-económico cada vez más podrido y más ofensivo hacia los pobres, y eso preocupa”.
“Los pobres –agregó– son cada vez más marginados de bienes esenciales para la vida, depredados por poderes políticos, económicos, coludidos entre sí, que producen no sólo escándalos sino un suicidio social que afecta gravemente a instituciones y también el futuro de un país”. Por eso, dijo no sentirse sorprendido por el hecho “que el pueblo se indigne frente a la inmoralidad. No son irregularidades como muchos quisieran decir, sino delitos sociales de colusión entre la política y la economía”.
El obispo de Aysén se integrará en julio a un grupo de expertos laicos y religiosos en Italia, realizando una campaña para que Naciones Unidas declare ilegal la estructura que produce la pobreza en el mundo.
La Comisión Ética Contra la Tortura mantiene actividades de investigación y difusión sobre la tortura en Chile ya que siguen recibiendo testimonios y denuncias de que continúa practicándose, especialmente en la represión policial en manifestaciones sociales, sobre todo de estudiantes, y en la zona de La Araucanía frente al conflicto mapuche.
ROBERTO URBINA AVENDAÑO. SANTIAGO
