José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Jesús, amigo. Te busco y no te encuentro


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MIÉRCOLES 29. Recepción en la Nunciatura. Nos situamos en la fila de acceso al edificio. Esperamos. Con Paloma Gómez Borrero y Pepe Lorenzo. Llega don Ricardo Blázquez. Conduciendo su Golf y con su auxiliar de copiloto. Metáfora ocurrente. O recurrente. Se apean. Y el presidente de la Conferencia Episcopal no duda en ponerse a la espera el último, como uno más. No busca ni propicia el acceso vip. Aquí no hay metáfora. Tal cual. Alguien le rescata. Obediente, se sale de la fila. Comentario al paso: “Es el premio de los humildes. Los últimos serán los primeros…”. [El equilibrio preciso para llevar el timón en la CEE]

VIERNES 1. Reflexión en voz alta de alguien a quien estimo: “Es más fácil crear instituciones que formar cabezas amuebladas y corazones generosos”. Tomo nota. Optimizar estructuras para apostar por la gente, para primar la misión.

SÁBADO 2. Cena solidaria de la ONG Construyendo futuro, ligada a las religiosas de la Asunción. El ludópata que uno puede llevar dentro se concentra en esta noche. No salgo mal parado. María tiene más mérito que yo. Dos años sin que se haya llevado nada más que una cena compartida, una pulsera y una bolsa de la compra. Y sigue empeñada en ir. Sabe a lo que va: “Con lo que les cuesta una escuela en la India, nosotros no tenemos ni para los pupitres de una clase. ¡Cómo hinchamos la burbuja!”.

DOMINGO 3. Misa de ocho. De la tarde. Luzvino, siempre sugerente. “A veces la Palabra se nos escurre entre los dedos, cuando el secreto está en reposarla”. Las urgencias. La necesidad de tenerlo todo ya. Cuando no he podido asimilar lo escuchado, otra perla. “Nos empeñamos en ser cosechadores, cuando solo se nos pide ser sembradores”. Salgo de la parroquia. Y reflexiono sobre la obsesión por cosechar. Por adelantar la edad de confirmación para no perder de vista a los niños de comunión y justificar unas cifras. Ese mismo deseo de retener en la pubertad se traducirá en huida después. Porque se busca cosechar cuando apenas se ha sembrado. Cuando no se ha dado tiempo a intuir el fruto. Ni siquiera se ha dejado opción a ver la flor.

MIÉRCOLES 6. Jesús, amigo. Te busco y no te encuentro. No te reconozco en las palabras. Te leo y no te veo. Te intuyo, pero no te identifico. “Tanto tiempo contigo, ¿y todavía no me conoces?”. Así ando… Así andamos. [¿Quién decís que es Jesús?]

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.996 de Vida Nueva