Actuar desde la misericordia

Lo que se ha venido conociendo de la zona del Bronx al ser intervenida por la policía en Bogotá sigue causando estupor, asombro, perplejidad e indignación… ¿Cómo hemos llegado allí? ¿Qué está sucediendo con nosotros como humanos? ¿Por qué se llega a cometer tales atrocidades? Situaciones límite de asesinatos, espectáculos macabros, vejámenes, violaciones y muchos más hechos inimaginables que han tenido su origen en mentes pervertidas, inmorales y enfermizas.

Más allá de los análisis que se puedan realizar con profesionalidad a nivel de trabajadores sociales, médicos, sociólogos, psicólogos, educadores y psiquiatras, nuestra mirada cristiana nos lleva a identificar que las raíces de tal realidad se afincan en el corazón de hombres y mujeres abrazados por el mal, producto de infinidad de causales de las cuales nosotros mismos, como humanidad, somos responsables. Hemos de hacer posible que la humanidad sea humanidad, criterios, valores y actitudes que se logran ir realizando por medio de la formación y educación de personas que, por lo menos, tengan las mínimas condiciones de serlo; hemos de trabajar en ello, en que la humanidad sea humanidad. Hemos de empezar a actuar desde la misericordia, del Padre al Hijo, de Jesús a nosotros, la misericordia se hace impronta de filiación. Somos hijos en el Hijo, por nuestra manera de ser y de actuar, a la manera de Jesús: misericordiosamente. Es así como la misericordia se hace razón de ser, criterio último e ideal vital de nuestra fe. Jesús en su obrar hace realidad el amor misericordioso, vida concreta, posibilidad verificable en la cotidianidad. Los cristianos tenemos una palabra que decir y acciones que realizar a raíz de lo que ocurre en el Bronx.

Víctor M. Martínez, S. J.

Teólogo

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