Editorial

Un año de ‘Laudato si”. Agenda ecológica en blanco

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EDITORIAL VIDA NUEVA | Se ha cumplido un año de la publicación de Laudato si’, que va mucho más allá de una encíclica verde para apostar por una ecología integral, que exige un nuevo modelo de desarrollo sostenible para el planeta. Este compromiso del Papa en defensa de la dignidad del hombre, con propuestas concretas en lo social, en lo político y en lo económico, le ha valido no pocas críticas. No en vano, sus intuiciones dejan al descubierto las lagunas de un sistema a todas luces injusto, donde la obtención de determinados beneficios está por encima de cualquier respeto a los derechos humanos, así como de protección de la creación.

Esta reticencias han venido acompañadas de un respaldo más que significativo de la comunidad internacional y de los actores que trabajan sobre el terreno en la lucha contra la desigualidad, la pobreza y la defensa de la naturaleza. Tal ha sido el eco de Laudato si’ que, por primera vez en mucho tiempo, la relevancia de un documento pontificio ha ido más allá de los muros eclesiales para marcar la agenda de un ámbito ajeno, a priori, al mundo religioso.

La respuesta activa de la sociedad ante ‘Laudato si’’
exige iniciativas eclesiales decididas,
con las que respaldar el órdago de Francisco
para un desarrollo sostenible y una ecología integral
que protejan la dignidad del hombre y la creación

Prueba de ello es que la encíclica se convirtió en algo más que una hoja de ruta de la Cumbre del Clima, celebrada en diciembre en París. Participantes en la cita coinciden en que la impronta del Papa instó a que las principales potencias no dejaran pasar la cita para cumplir el expediente una vez más, sino que asumieran la urgencia de un acuerdo vinculante de mínimos.

Laudato si’ ha contribuido, una vez más, a reforzar el liderazgo global de Francisco a golpe de coherencia, desde una independencia en lo político y un compromiso en lo social, siempre tomando los valores evangélicos como la mejor terapia para curar las heridas más profundas de la humanidad, defender a los pueblos explotados, para proteger la fauna y la flora que genera vida.

Esta conexión con la opinión pública internacional lleva a preguntarse, al paso, si el pueblo de Dios ha sido capaz de secundar esta apuesta de Francisco. Un año después de la publicación de Laudato si’, se podrían esperar más iniciativas eclesiales que surgieran como respuesta a los órdagos ‘sostenibles’ del Papa. Es cierto que la profundidad del documento exige un exhaustivo trabajo antes de lanzarse a la acción, pero no menos cierto es que, más allá de campañas concretas como “Si cuidas el planeta, combates la pobreza”, se echa en falta un mayor entusiasmo en las comunidades de origen. La agenda de la ecología integral parece seguir en blanco en la vida diaria de las parroquias o en los planes pastorales diocesanos. Precisamente es en lo pequeño y en lo cotidiano donde se genera esa necesaria conversión para un consumo responsable y una gestión sostenible de los recursos. La pastoral ecológica integral está por venir.

En el nº 2.994 de Vida Nueva. Del 25 de junio al 1 de julio de 2016


 

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