URUGUAY: Militares de rodillas: ¿libertad o atropello?

Una misa celebrada por el Aniversario del Ejército
desata polémica entre militares, legisladores, organizaciones y la Iglesia

El 18 de mayo de 1811 tuvo lugar la Batalla de las Piedras, que fue la primera victoria del general José Gervasio Artigas contra las fuerzas españolas realistas. Además, ese día se toma también como fecha del Aniversario del Ejército Nacional. En esta oportunidad, “algunos miembros de la familia militar le pidieron al cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, poder celebrar la fiesta desde la fe”, según se informa en el sitio web de la arquidiócesis. Fue así que, luego de los actos tradicionales, se celebró por la tarde una misa alusiva en la Catedral.

El comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, y el comandante de la Fuerza Aérea, Alberto Zanelli, participaron de la eucaristía junto a otros militares y sus familiares.

Esa misa semana, un conjunto de nueve organizaciones abocadas a la defensa de la laicidad, emitieron un comunicado a la ciudadanía refiriéndose a lo acontecido como “un nuevo atropello a la laicidad y a las Instituciones republicanas”. Afirmaban que, si bien la constitución consagra la libertad de culto, “los funcionarios públicos –y entre ellos los militares, particularmente– no pueden hacer proselitismo a favor de un credo ni manifestar sus preferencias en el desempeño de su actividad”. Anunciaban también que le solicitarán explicaciones al Ministro de Defensa Nacional, y exigirán “la dimisión, o en su defecto, la remoción de los comandantes en jefe del Ejército y de la Fuerza Aérea (…) por apartarse del orden jurídico”.

Como “agravantes” de este suceso, se mencionaron en la carta el uso de los “sistemas oficiales de mensajería” para la convocatoria, la asistencia de los militares en sus uniformes (“muchos de ellos de gala”) y el uso de la palabra por parte de Manini Ríos en la celebración, posteriormente entregándole un cuadro de regalo al cardenal “en nombre del Ejército Nacional” en agradecimiento.
También se condenó que Sturla se haya referido a los militares católicos como “soldados de Cristo”, “olvidándose que la única obediencia que tienen los militares en ante la Constitución de la República, constituyendo ello una provocación”.


Sociedad laica y liberal

Sumado a ello, el legislador Ope Pasquet publicó una columna manifestándose impactado por una fotografía del evento publicada en la prensa: “el Comandante en Jefe del Ejército, de rodillas frente al altar de la Catedral Metropolitana. Una imagen más propia de la Argentina de Onganía que del Uruguay laico y liberal de los últimos cien años”, opinó.

También consideró que Manini Ríos se “extralimitó” en su agradecimiento a Sturla: “El Ejército no debe agradecer que se celebre una misa, ni que se deje de celebrar: ninguna institución del Estado uruguayo tiene competencia para alentar, ni para desalentar, la realización de actividades religiosas de especie alguna”. Avisó, además, que varios diputados batllistas habían resuelto convocar al Ministro ante una comisión de la Cámara de Representantes.

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En su defensa, desde el Ejército se afirmó que la misa “no revistió el carácter de acto oficial” y explicó que no fue utilizado el servicio de mensajería oficial en la convocatoria, y aclaraba el carácter opcional de la participación. En cuanto al uso del uniforme, se enfatizó que “no es una obligación sino un derecho del militar” que está autorizado a usarlo en “todas las actividades sociales acorde al decoro y buen porte del uniforme a nivel social”.

Según la crónica publicada en la web de la arquidiócesis, la expresión “soldados de Cristo” hacía referencia al significado del sacramento de la Confirmación, y no a una condición particular de los militares católicos.

Por su parte, en alusión a esta y a otras polémicas similares suscitadas en los últimos meses, Sturla afirmó en la fiesta de Corpus Christi que “no hay ninguna estrategia planificada de hacer ninguna cosa rara” y que la Iglesia católica no quiere “invadir nada” ni “ocupar ningún espacio que no le corresponda”, pero que tampoco quiere “achicarse”. “No queremos que nos ninguneen, y lo menos que queremos es autoningunearnos, autonegarnos, autocensurarnos”, expresó.

MARTÍN DE SALTERAIN. MONTEVIDEO

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