Un llamado para “evitar situaciones insostenibles”

En distintos puntos de la Argentina, los obispos se muestran preocupados por el aumento desmesurados de las tarifas, la pobreza, el desempleo y el hambre

Los obispos de la Región Patagonia-Comahue (que comprende a las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego) emitieron un mensaje a los Ministros de Energía y del Interior, Juan José Aranguren y Rogelio Frigerio, respectivamente, para “compartirles nuestra profunda inquietud por los alcances, ciertamente no buscados pero sí causados, por los aumentos desmesurados de los servicios esenciales como son el gas y la electricidad”.

A su vez, en la misiva fechada el 30 de mayo, aseguraron: “son aumentos que en algún momento debían darse, particularmente en los grandes Centros Urbanos que contaban con servicios subsidiados por el Estado, pero lamentamos que estos aumentos no hayan sido hechos gradualmente, sobre todo teniendo en cuenta que el invierno no es benévolo en la Patagonia y que en las provincias más australes del país se prolonga durante todo el año. Por eso se necesita imperiosamente gas y electricidad”.

“Con ánimo confiado –aclamaron los pastores a los ministros nacionales– nos dirigimos a ustedes a fin de hacerles llegar el pedido de reconsideración de las medidas tomadas a fin de evitar situaciones insostenibles que generan angustia en las familias e inclusive en Escuelas y obras de Promoción Social de muy escasos recursos, injustamente gravadas por un peso insoportable”.

El mensaje episcopal parece no haber sido en vano. Días más tarde, el ministro Frigerio reconoció que “cometimos un error” en relación a los incrementos tarifarios del gas, y afirmó que “lo estamos corrigiendo”.

A la prensa aseguró: “estuvimos reunidos por más de tres horas en Buenos Aires [con los gobernadores de la Patagonia], hemos avanzado mucho en el tema tarifario con la premisa de asegurarnos que no falte el gas en la Argentina”.

En declaraciones a FM Tiempo Esquel, José Slaby, obispo de la prelatura de Esquel, provincia de Chubut, aseguró que la región “necesita energía y gas, pero a un precio razonable para que estos servicios los usen en sus hogares, no sólo los que tienen recursos, sino toda la gente”.

Sobre la porción de Patagonia que gobierna pastoralmente, puntualizó: “por estos ajustes que se produjeron hay una gran angustia. Todo se vino de golpe, como el tarifazo del gas”. E hizo una rápida descripción de cómo están viviendo los habitantes de Esquel: “La situación social empeoró, y se siente porque hay personas que piden más ayuda. Nos preocupan los jóvenes que llegan del interior a estudiar, porque traen escaso dinero y sufren muchas necesidades”.

 

Situación complicada en todo el país

A unos dos mil kilómetros de Esquel, el obispo de Lomas de Zamora (Buenos Aires), Jorge Lugones, aseguró que la situación en el Conurbano es de “emergencia”. Si bien el problema tarifario preocupa, en esta zona del país el problema más importen es que los comedores están “superpoblados” y los merenderos “no dan abasto”.

“En el Conurbano nos estamos haciendo cargo como podemos”, aseguró. Y continuó: “Lo nuestro es muy magro y muy paliativo, nosotros vimos que esto en un par de meses se ha agudizado”.

“Hoy encontramos un panorama muy desolador. Tenemos comedores superpoblados y los merenderos no dan abasto, se nos hace cuesta arriba porque en todo este descalabro vemos que no podemos atacar esta emergencia”, sentenció Lugones.

Mil kilómetros al norte de Buenos Aires, en Posadas (Misiones), el obispo Juan Rubén Martínez aseguró que la pobreza, la educación de los jóvenes y el avance del narcotráfico son las principales preocupaciones de la Iglesia en esa zona del país. Tras reconocer que aumentó el número de personas que acuden a Cáritas a pedir ayuda, advirtió que “impresiona” la cantidad de gente que se acerca “no solamente en búsqueda de una ayuda alimentaria sino en búsqueda de ayuda para salir de las adicciones”.

El prelado mesopotámico expresó también su inquietud por la “pobreza intelectual”, pero aún más “por la pobreza, pobreza”. Y alertó: “tenemos muchos jóvenes y niños que se encuentran desnutridos y, esto no se revierte más. Es decir, quedan ‘marcados’ para toda la vida. La pobreza los quita de la sociedad en forma salvaje. Un joven desnutrido queda separado de la sociedad para siempre”.

Compartir