La Universidad Pontificia de Salamanca conmemora el 50º aniversario del Episcopado español

50 aniversario de la CEE en la UPSA

“La experiencia puede ayudar a una Conferencia Episcopal más eficaz”

50 aniversario de la CEE en la UPSA

La rectora, con algunos de los obispos cuyos nombres ya están escritos en esa famosa escalera de la UPSA

JOSÉ BELTRÁN (SALAMANCA) | El mosaico firmado por Rupnik en la capilla de la Conferencia Episcopal muestra a Cristo faenando con los apóstoles. Todos a una. En él se detuvo el cardenal Fernando Sebastián para analizar los desafíos de la Iglesia española. “Que no nos desanimen las muchas horas de pesca infructuosa. Él nos dirá cómo y cuando tenemos que echar las redes”, explicó el arzobispo emérito de Pamplona, instando a los obispos a acoger a “peces de todos los tamaños y colores”. A esta figura retórica le siguió una ovación en el Aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca en la apertura, el 2 de junio, del Congreso Conferencias Episcopales: orígenes, presente y perspectivas.

“Don Fernando de nuevo enseña aquí”, subrayó el presidente de la Conferencia Episcopal y Gran Canciller, Ricardo Blázquez, tras la conferencia inaugural que repasaba los cincuenta años de la institución eclesial española. En esta línea, la rectora de la Pontificia, Myriam Cortés, recordó “el profundo deseo de la Iglesia de integrarse en una nueva sociedad democrática y pluralista y, por otro lado, aunque no le correspondía desempeñar papel político alguno, era –en palabras de Adolfo Suárez– capaz de llevar paz y serenidad a la mayoría de los ciudadanos”.

El secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, por su parte, renovó el empeño de “estar al servicio de toda la sociedad española”, siguiendo la invitación de Francisco de “edificar una Iglesia sinodal desde el trabajo compartido”.

Medio siglo de evolución

Esta mirada histórica se impregnó en los ponentes de inevitables paralelismos con el pasado más reciente y el presente. Así, el decano de Teología de la UPSA, Gonzalo Tejerina, apuntó que al estudiar cuál sería la potestad concreta de las conferencias en el Concilio, se percibió “la atribución abierta de sus competencias o el temor a que fueran excesivas y con sus distintas decisiones sembraran demasiada diversidad en la Iglesia”. Juan María Laboa, historiador de la Pontificia Universidad Comillas, interpretó este medio siglo como una evolución desde la tensión entre distintas visiones, “no por motivos doctrinales, sino por actitudes, capacidad o incapacidad de diálogo, por formas de gobierno. Y la comunidad creyente lo ha experimentado y sufrido no como diferencias doctrinales, sino como calidad de comunión”.

“Muchos obispos volvieron de Roma desconcertados y hasta escandalizados del Concilio, aunque se dio una respetuosa obediencia más discipular que convencida”, rememoró Sebastián sobre los primeros pasos del organismo. “No creo que hoy nuestros obispos tengan siquiera la tentación de prescindir del Concilio”, añadió. La mirada al futuro la llevó a cabo el cardenal Blázquez en la clausura del congreso al apuntar que “la experiencia y la reflexión pueden ayudar en la revisión del funcionamiento de la Conferencia para que sea más eficaz”. De hecho, no obvió una posible reforma de la institución: “No siempre la abundancia es signo de salud. Hay una simplificación que es muy saludable”.

“No se puede meter la tijera”

En un receso del congreso, el cardenal Ricardo Blázquez analizó la precampaña electoral para pedir a los políticos “que se acerquen unos a otros, que hablen. Difícilmente podemos entendernos si no hablamos”. Con buen humor, confió en que “acertemos en este segundo intento”. Mirando precisamente a los inicios de la Conferencia Episcopal, reivindicó “una sociedad plural” garantizada dentro de la aconfesionalidad del Estado. En esta línea defendió a la escuela concertada y los Acuerdos Iglesia-Estado: “No se puede meter la tijera”.

En el nº 2.992 de Vida Nueva


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