La custodia de Toledo ahora sí que brilla más que el sol

restauración de la custodia de Arfe de la Catedral de Toledo 2016

La gran custodia procesional de Arfe luce de nuevo en la Catedral, tras una modélica restauración

custodia procesional de Toledo después de la restauración en la procesión por Toledo del Corpus Christi 26 mayo 2016

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Ahora sí que brilla más que el sol. Recién restaurada, la custodia de la Catedral de Toledo ha reinado en este Corpus Christi como nunca. “El conjunto de la gran custodia procesional de la Catedral Primada de Toledo presenta singularidades que le otorgan un valor excepcional”, explica Carmen Pérez Andrés, subdirectora general adjunta del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), institución dependiente del Ministerio de Cultura que ha llevado a cabo la dirección y la coordinación de la restauración del mayor tesoro artístico de Toledo, compuesto por 3.801 piezas de oro, plata, hierro y bronce.

“Ha permitido aumentar los conocimientos existentes hasta la fecha sobre esta obra, los materiales, técnicas, detalles de estructura, iconografía… y, desde luego, en el campo de la restauración de orfebrería religiosa, supone un gran avance sobre trabajos de restauración realizados anteriormente en España”, señala Pérez Andrés a Vida Nueva.

El esplendor devuelto a la custodia toledana cinco siglos después tampoco pasa de largo una vez que ha regresado a la Sala del Tesoro, de donde salió hace siete meses: “La vamos a exponer de una manera distinta, en el centro de la sala, bajo la protección de una gran vitrina”, según el deán de la catedral, Juan Sánchez Rodríguez.

detalle de la custodia de Arfe de la Catedral de Toledo después de la restauración 2016

Un detalle de la custodia

La custodia, en realidad, son dos custodias, una dentro de otra. Las dos han sido objeto de esta exquisita restauración dirigida por el IPCE y que ha realizado un amplio equipo multidisciplinar de la empresa Talleres de Arte Granda: restauradores, plateros, historiadores, gemólogos, carpinteros…, además de contar con laboratorios de física y química y empresas especializadas en fotografía y filmación.

“El desmontaje total de ambas custodias ha permitido reforzarlas estructuralmente y constatar que había elementos cambiados de sitio; posteriormente se ha podido realizar el montaje de todas las piezas según su posición original, pues se han seguido las marcas de montaje del platero Vicente Salinas a finales del siglo XVI”, revela Pérez Andrés. Gracias al estudio gemológico, por ejemplo, se ha descubierto que los zafiros de la custodia portátil proceden de la isla de Ceilán –actual Sri Lanka–, mientras que las esmeraldas provienen de Colombia.

Realizada para Isabel la Católica

Con apenas un metro y 16,9 kilos de peso, el platero barcelonés Jaume Aimeric la construyó para Isabel la Católica entre 1495 y 1499 con oro parcialmente esmaltado procedente del primer viaje de Cristóbal Colón. “La técnica de los esmaltes es única, no la conocíamos. Son esmaltes con una inserción de hilo de oro y eso no lo habíamos visto nunca, ha sido una de las grandes sorpresas”, según ha detallado Francisca Soto, directora del departamento de Conservación y Restauración de Talleres de Arte Granda.

Esta custodia de la reina Isabel o “la pequeña” –como se la llama en Toledo– fue adquirida de la almoneda de la propia reina por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, su confesor, entonces arzobispo de Toledo. Él mismo encargó años después al alemán Enrique de Arfe (en realidad Heinrich von Efert) la gran custodia de asiento, realizada entre 1515 y 1523, que la acoge: “Una maravillosa torre gótica de líneas vibrantes, cuajada de agujas, pináculos y pequeñas estatuillas bajo doseletes”, que es como la describe el propio Cabildo catedralicio. “Habría que destacar sobre todo el estudio estructural y de viabilidad del desmontaje de la custodia –añade Carmen Pérez Andrés–, pues se requería un estudio completo de la metodología e infraestructuras, así como los medios materiales y humanos necesarios para llevar a cabo la intervención”.

restauración de la custodia de Arfe de la Catedral de Toledo 2016

Momento de la restauración

Pieza a pieza

La gran obra en plata parcialmente dorada del artista alemán es la máxima expresión del gótico flamígero y de la orfebrería eucarística. Con más de tres metros y 370 kilos, incluye 5.600 piezas y 12.500 tornillos, además de 260 estatuillas o imágenes alusivas, en gran medida, al dogma de la Transustanciación y a la relación entre el Sacrificio de Cristo y la Redención de los hombres. “En la custodia de Arfe conviven carnosas cardinas con motivos propios del grutesco manierista muy elaborados y diversos, compuestos por vasos a candelieri, roleos vegetales, figuras y mascarones monstruosos. Un repertorio tomado principalmente de la ornamentación arquitectónica, pues en la década de 1520 aún era excepcional encontrarlo en objetos de platería”, resumen desde el IPCE.

Pieza a pieza, el equipo del IPCE y Granda ha consolidado su estructura y le ha devuelto su verdadero color en un taller provisional montado dentro de la misma catedral: “Se han limpiado todos los elementos, eliminando la sulfuración que presentaba la plata y el barniz rojizo que la cubría”, según la subdirectora general adjunta del IPCE. Es decir, se ha desprendido la suciedad acumulada y el óxido del barniz que se aplicó en la intervención de 1981 a modo de pátina y que igualó el color de la custodia en un tono rojizo absolutamente irreal. Ahora presenta el contraste de la plata y el dorado al mercurio que le dio Arfe en un pretendido juego de luces y sombras.

Una colaboración ejemplar entre la Iglesia y el Ministerio

Carmen Pérez Andrés, subdirectora general adjunta del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), cree que la restauración de esta obra de arte ha sido un trabajo ejemplar, en muchos sentidos: “Lo primero que hay que subrayar es la perfecta colaboración entre el Cabildo de la Catedral y el Instituto de Patrimonio Histórico Español, que ha permitido desarrollar todos los trabajos de forma modélica”. Aunque recuerda, no obstante, que “esta restauración es fruto de la continua colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en concreto del IPCE, con la Catedral primada de España.

Ya en los años 80 del pasado siglo se restauró el retablo mayor de la Catedral y, entre otras actuaciones, se ha restaurado el claustro, los conjuntos pictóricos de Francisco Bayeu y Salvador Maella, y las portadas de Santa Catalina y de San Blas”, concluye Pérez Andrés. También destaca la colaboración con Talleres de Arte Granda: “En este aspecto era necesario disponer de un equipo que respondiera a los requerimientos técnicos del proyecto realizado previamente –dice–. Granda tiene experiencia en la realización y restauración de orfebrería religiosa y ha aportado el equipo necesario para garantizar la intervención”. Ha sido el propio Cabildo, sin embargo, el que ha financiado la restauración, con 170.000 euros, más la nueva vitrina, valorada en otros 30.000 euros.

La custodia de Toledo, catalogada como Bien de Interés Cultural desde el año 1909, se asienta sobre la llamada peana de los Ángeles, que es del siglo XVIII, encargo de Luis de Borbón, hijo mayor de Felipe V y arzobispo de Toledo. Y, como afirmó el deán de la catedral, Juan Sánchez: “Ahora reluce en todo su esplendor”.

En el nº 2.991 de Vida Nueva

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