La Iglesia en Brasil llama a la paz social y pide una profunda reforma política

Tras la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff

Dilma Rousseff

ÓSCAR ELIZALDE PRADA (BRASIL) | La suspensión por seis meses de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tras la votación del pasado 11 de mayo en el Senado, formalizó el inicio de su juicio político por “crimen de responsabilidad”, dando paso a una nueva etapa en “la profunda crisis ética, política, económica e institucional que atraviesa el país”, como ha denunciado la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).

La decisión de la mayoría de senadores (55 votos a favor y 22 en contra) ha coincidido con la voluntad de 367 de los 513 miembros de la Cámara de Diputados, que también se manifestaron semanas antes –con derroche de espectáculo– a favor del impeachment de la presidenta, muchos de ellos invocando el nombre de Dios, dedicando el voto a la familia e incluso homenajeando a los torturadores de la dictadura.

“Brasil no se merece esto –ha lamentado el obispo emérito de la Prelatura de Xingu, Erwin Krautler–, es simplemente vergonzoso, ¡no es posible que lleguemos a tanto! Por eso, la CNBB ha llamado a nuestros representantes a no defender intereses políticos partidistas, de oligarquías o particulares, sino los intereses del país”.

Si bien es cierto que la CNBB “acompaña atentamente este proceso y espera el correcto procedimiento de las instancias competentes”, aún no se ha pronunciado sobre la nueva realidad que vive el país. Ante esto, el cardenal Odilo Scherer ha afirmado que, “en el seno de la propia Iglesia, tratándose de cuestiones políticas, existe una legítima diversidad de posiciones, siempre que no estén en desacuerdo con las convicciones de la propia fe cristiana”.

* ¿Quieres seguir leyendo este artículo? Artículo íntegro en este enlace solo para suscriptores

* Comprar el número suelto en la app de la Revista Vida Nueva nº 2.989: en iPad o para dispositivos de Android

* Suscribirse a Vida Nueva

En el nº 2.989 de Vida Nueva


LEA TAMBIÉN:

Compartir