Obispos de Argentina y Chile reunidos en Neuquén

Hasta Junín de Los Andes (Neuquén) llegaron 16 obispos, nueve del sur argentino y siete del sur chileno, todos convocados por Virginio Bressanelli, obispo de Neuquén. Allí, entre los días 19 y 21 de abril, compartieron su sentir ministerial, animados por el Jubileo de la Misericordia, manifestando sus vivencias personales del Dios misericordioso y la animación del Año Santo en sus diócesis. Además, pudieron intercambiar iniciativas pastorales, conocer la adhesión del Pueblo de Dios a esta convocatoria del papa Francisco y abordar desafíos de toda la Patagonia argentino-chilena.

Vivieron momentos especiales al celebrar la Eucaristía en el Santuario de la beata Laura Vicuña (donde descansan sus restos) y en San Ignacio, en el Santuario construido en forma de kultrun (instrumento musical y símbolo mapuche), enclavado en terrenos de la familia Namuncurá, donde residen los restos del beato Ceferino Namuncurá. En ese templo, dirigentes mapuche del lugar y miembros de la familia Namuncurá armonizaron signos y plegarias de la cosmovisión mapuche con la liturgia católica, expresando una particular acogida a los visitantes en este histórico encuentro.

Además de Bressanelli y Laxague, nombrados anteriormente, los obispos argentinos que participaron de esta convocatoria fueron Marcelo Cuenca (Alto Valle de Río Negro), Juan José Chaparro (San Carlos de Bariloche), José Slaby (Esquel), Joaquín Gimeno y Fernando Croxatto (Comodoro Rivadavia), Miguel Ángel D´ Annibale (Río Gallegos), y los eméritos Marcelo Melani (Neuquén) y Fernando Bargalló (Merlo-Moreno, Buenos Aires). De Chile estuvieron presentes Héctor Vargas (Temuco), Francisco Stegmaier (Villarrica), Ignacio Ducasse (Valdivia), Juan Barros (Osorno), Cristian Caro (Puerto Montt), Luis Infanti (Aysén) y Bernardo Bastres (Punta Arenas).

Estos encuentros de los obispos de la Patagonia se iniciaron en los años 80 para coordinar acciones frente a los problemas que padecían los numerosos migrantes que pasaban las fronteras para encontrar una vida más digna en otras tierras. Una segunda etapa se ha iniciado en estos años renovando estos encuentros en que los obispos profundizan y comparten su reflexión en temas actuales como los medioambientales y las dimensiones pastorales con proyección misionera y fraterna, considerando a la Patagonia como una unidad pastoral y valorando la figura de misioneros proféticos que sembraron la semilla de la fe en estas inmensas tierras.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO. JUNÍN DE LOS ANDES

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