‘Trumbo. La lista negra de Hollywood’: a mayor censura, más imaginación

'Trumbo. La lista negra de Hollywood'

'Trumbo. La lista negra de Hollywood'

J. L. CELADA | Ni héroes ni villanos, solo víctimas. Así recordaba un Dalton Trumbo ya rehabilitado –tras recoger en 1970 el Premio Laurel del Sindicato de Guionistas de América– las heridas que dejaron en tantos profesionales los dolorosos episodios vividos décadas antes por la industria cinematográfica estadounidense. Él lo sabía bien. En poco tiempo, uno de los guionistas mejor pagados del mundo había sido llamado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas, tildado de “comunista con carnet” y de “traidor” por apoyar las huelgas que reclamaban una mayor “justicia salarial” en el sector, y llegaría incluso a pasar diez meses en prisión acusado de desacato al Congreso.

Desde entonces, este ferviente defensor de la Primera Enmienda –y su salvaguardia de la libertad de expresión– integraba La lista negra de Hollywood, diez señalados que fueron objeto de una implacable caza de brujas por parte del macartismo y sus secuaces. De unos y otros, de los delatores y los perseguidos, sobre todo del más reivindicativo de ellos, nos habla este Trumbo, de Jay Roach: de sus proyectos frustrados y sus regates legales, de sus enemigos declarados y sus apoyos en la sombra, de las tensiones familiares y la precariedad laboral…

Llama la atención que el director de comedias de usar y tirar, como la trilogía inicial de Austin Powers o Los padres de ella, nos brinde ahora este sólido biopic sobre un personaje tan desconocido para el gran público como apasionado de la escritura. Aunque uno pronto cae en la cuenta de que nada sería igual sin la presencia de Bryan Cranston. El protagonista de la televisiva Breaking Bad despliega lo mejor de su repertorio al servicio de una historia que tira de ironía para desenmascarar los abusos de poder, cuyas prohibiciones avivan la creatividad en forma de pseudónimos y todo un mercado negro de guiones.

Imágenes de archivo en blanco y negro, donde aparecen políticos y gentes del cine de la época, se funden con actores de la talla de Diane Lane, John Goodman o la gran Helen Mirren, mientras la ficción rescata nombres que resultaron decisivos –en uno u otro sentido– en la carrera de Trumbo: John Wayne, Kirk Douglas, Otto Preminger… También títulos que, bajo otra firma, deben su autoría intelectual a nuestro hombre: Vacaciones en Roma (1953), El bravo (1956), Espartaco (1960) o Éxodo (1960). Una agradable sorpresa para no iniciados a la que, como a esta película, conviene hacer justicia. Porque no hay censura que acalle el talento ni la imaginación.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Trumbo.

DIRECCIÓN: Jay Roach.

GUIÓN: John McNamara y Bruce Cook, sobre la novela de este último.

FOTOGRAFÍA: Jim Denault.

MÚSICA: Theodore Shapiro.

PRODUCCIÓN:  Kevin Kelly Brown, Monica Levinson, Michael London, Nimitt Mankad, John McNamara, Shivani Rawat, Janice Williams.

INTÉRPRETES: Bryan Cranston, Diane Lane, Helen Mirren, Louis C.K., Elle Fanning, John Goodman, Michael Stuhlbarg, David James Elliott, Dean O’Gorman, Christian Berkel.

En el nº 2.987 de Vida Nueva

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