“Mientras yo sea el obispo, no permitiré construir ningún muro”

Giles J. Zsifkovics se opone a que la valla ‘anti-refugiados’ proyectada por el Gobierno austríaco pase por su diócesis

Giles J. Zsifkovics, obispo de Austria

Zsifkovics, obispo de la diócesis austríaca de Eisenstadt

RUBÉN GÓMEZ DEL BARRIO (BERLÍN) | “Mientras yo sea el obispo de Eisenstadt, no permitiré que se construya ningún muro en los territorios de mi diócesis”. Sereno pero tajante, Giles J. Zsifkovics reitera una vez más su compromiso y –en declaraciones al periódico austríaco Kurier– añade que “la Iglesia siempre estará al lado de los más débiles y pobres”. Lo hace en Moschendorf, una pequeña localidad al sureste de Austria, junto a la frontera con Hungría, y justo en el lugar donde el Gobierno de su país planea levantar una valla ‘anti-refugiados’ de nueve kilómetros de longitud que impida el paso a los residentes del cercano campo húngaro de Körmend.

Pero los planes del Ejecutivo presidido por Heinz Fischer podrían verse afectados si prospera la lucha de este prelado católico, que se opone a un proyecto cuyo trazado pasa por tierras que son propiedad de la Iglesia de Moschendorf. De hecho, Zsifkovics ha asegurado que no permitirá que la valla se levante en los terrenos pertenecientes a su diócesis, por lo que, de construirse, quedaría con dos agujeros: uno de 115 metros y otro de 145.

Su postura, aunque no exenta de críticas por parte de algunos sectores de la sociedad, cuenta también con multitud de apoyos, como el del secretario de la Conferencia Episcopal Austríaca, Peter Schipka, quien ha declarado que la actitud de su hermano en el episcopado “es una señal de que no hay que centrarse en las vallas, sino en los auxilios para las personas que están en necesidad. La Iglesia está para construir puentes, no para levantar muros”.

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