Espacios de paz, signos de los tiempos y relatos de mujeres

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Principales aportes del más reciente congreso convocado por Teologanda

Semanas atrás tuvo lugar en Buenos Aires (Argentina) el Segundo Congreso de Teólogas Latinoamericanas y Alemanas.

La actividad fue convocada por Teologanda, un colectivo de más de 40 mujeres teólogas y de diversas disciplinas interesadas en temáticas que respondan a retos y necesidades actuales. El nombre del congreso nos coloca en perspectiva de la riqueza temática abordada: Espacios de paz, signos de estos tiempos y relatos de mujeres.

La dinámica giró en torno a cuatro ejes fundamentales, con un tratamiento crítico desde la teología bíblica, la teología sistemática, la pastoral, la educación, y en relación interdisciplinar con otras ciencias. Contó con una metodología desarrollada a través de ponencias centrales, comunicaciones, talleres y mini-cursos.

A continuación, los ejes fundamentales: un marco referencial, pensado en la encíclica Laudato si; una lectura de los signos de los tiempos que responda a la construcción de escenarios de paz; el aporte de la educación a dichos escenarios; testimonios y ejemplos en donde se evidencian la violación de los derechos humanos de mujeres especialmente y las alternativas esperanzadoras a estas situaciones.

Ejes y claves

Quiero referirme de manera especial a las ponencias centrales, ya que éstas arroparon desde su reflexión y propuestas el trabajo de las comunicaciones, talleres y mini cursos.

El primer eje tuvo en cuenta el aporte de Laudato si frente al horizonte antropológico y teológico. Se mostró desde varias investigaciones la vinculación del ser humano con la naturaleza y, desde ahí, el pensamiento o corriente que surge para enfrentar la tendencia científico-técnica, como dominio del ser humano sobre la naturaleza. Una realidad vivida en estos tiempos y que puede dar lugar a un acercamiento entre las personas y a un diálogo con experiencias y lenguajes más originarios, propios de la experiencia de la fe.

Desde tres claves, el segundo eje abordó el tema de la paz, como signo de estos tiempos: el contexto latinoamericano, la centralidad de la violencia en los estudios sobre la paz y su relación con las mujeres como constructoras de paz y víctimas de violencia. Esta reflexión analizó el discernimiento teológico-pastoral sobre la paz realizado por la Conferencia Episcopal de Medellín, en un contexto de subdesarrollo e injusticia, caracterizado como violencia institucional y pecado estructural. Se mencionaron los desafíos de reconciliación que plantearon los procesos de transición tras los gobiernos militares y en relación con los conflictos armados internos. Se presentó la reflexión acerca de algunos valores y esferas de la paz y la violencia personal, estructural y cultural, para considerar el concepto secular y cristiano de “pacificación” y aportes teóricos y prácticos de las mujeres en la construcción de la paz en contextos de violencia.

En este eje temático se presentaron aportes que nutrieron la reflexión acerca de “Espacios de paz, en los nuevos caminos de teologías interculturales de la paz”. Los múltiples movimientos de migración causados por la guerra, la violencia, la pobreza, el desplazamiento forzado y diversas violaciones de los derechos humanos son signos visibles e imperativos para el desarrollo de nuestra misión en la Iglesia. La pregunta que acompañó toda esta reflexión fue: ¿Qué significa hablar de paz en un mundo en el cual las ciudades, los espacios de libertad y la seguridad se tornan cada vez más fracturados e incluso destruidos? Con este trasfondo, distintas reflexiones trazaron pistas para la elaboración de una teología intercultural y mostraron algunos espacios de paz creados por mujeres en situaciones adversas.

El tercer eje temático consistió en la presentación del interesante aporte de la educación a la construcción de la paz. Se nombraron algunas habilidades y competencias prácticas y sociales, necesarias para establecer y mantener la paz; competencias que pueden ser desarrolladas a través de la educación, la socialización y la formación en los procesos educativos en primaria y bachillerato. Fue una contribución significativa a los educadores: para que en sus prácticas del proceso enseñanza-aprendizaje se de inicio, desde los primeros años de formación, al “desarrollo de habilidades para la paz” como el fortalecimiento de una solidaridad global que contribuya a un trato solidario con las personas de diferentes culturas y religiones y que capacite para un reconocimiento de los otros, en especial, de aquellos que han sido marginados, victimizados y excluidos en la sociedad.

El cuarto eje temático culminó con la presentación de tres ejemplos en escenarios distintos en donde se presenta violencia contra las mujeres: un espacio como memorial de las/los desaparecidos; la vivencia de la fe en un contexto correccional, situación de mujeres privadas de su libertad; y una investigación del feminicidio en las mujeres de Ciudad Juárez, con un análisis que lleva a considerar el significado que tiene re-imaginar el cuerpo místico de Cristo de modo tal que haga posible la esperanza en ese contexto de “negación de vida”.

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Una voz profética

Sorprendente la voz profética de mujeres de distintos países, denunciando la violación de derechos humanos y señalando la necesidad de la memoria.

Durante el cierre del congreso se hizo un homenaje a mujeres de distintos países comprometidas con su trabajo solidario en zonas de conflicto. En Colombia fue resaltada la labor de Maritze Trigos, Dominica de la Presentación.

Denuncia y esperanza

Nombraré algunas comunicaciones en mesas temáticas por días, para evidenciar su pertinencia; a saber: la interpretación bíblica en los nuevos escenarios de paz y diálogo interreligioso, y la reforma de la Iglesia a la luz de los planteamientos presentados por el papa Francisco en sus encíclicas y pronunciamientos.

Señalar espacios y relatos de vida como signos de los tiempos fue un aporte creativo que permitió visualizar retos y desafíos para nuestra Iglesia hoy; sin olvidar la vinculación con la Creación, el medio ambiente y los pueblos originarios. Sorprendente la voz profética de mujeres de distintos países, denunciando la violación de derechos humanos y señalando la necesidad de la memoria, así como la urgencia de prestar una mayor atención al problema de la migración, los cuerpos vulnerados por la violencia, los espacios urbanos, la inseguridad, la trata de niños/as y adolescentes.

No sólo hubo voces proféticas denunciantes, sino también esperanzadoras. Propuestas significativas entretejidas con testimonios de vida y recomendaciones a tener en cuenta en la construcción de nuevos espacios generadores de paz. Por ejemplo, la necesidad de incluir la categoría de análisis género desde la perspectiva femenina y de las nuevas masculinidades; un aporte desde la catequesis, testimonios y lenguajes de paz; reflexión y construcción de una ética de paz, espiritualidad y cuidado; y la reiteración de ir construyendo una educación que incentive las prácticas de paz.

Socorro Vivas

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