José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Una posible encíclica sobre la religiosidad popular


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JUEVES 21. Penúltimo ensayo de la Canción Misionera. La entonación, bien. Con la coreografía no dan pie con bola. A ritmo de rumba. No se puede pedir más. Somos de Getafe. Unos van a la izquierda cuando tienen que ir a la derecha. Otros se atropellan. Pero da igual. Transmiten tantas ganas que lo de menos es ir al unísono. Porque, en realidad cantan a una. A la misión. “Con la que está cayendo, me vienes a empapar / de esa misericordia que regalas sin preguntar”.

VIERNES 22. En realidad no es viernes. Ya es sábado. Muy de madrugada. Han pasado dos horas desde que llegó el último grupo que se aloja en el colegio para el encuentro misionero. Remato una actividad de interior por si llueve. Con los ojos medio cerrándose. Madre Elisabeth continúa sonriendo mientras corrige sus exámenes de Religión. Sin perder su buen humor. “¡No sabes la ilusión que me hace poner un diez!”. Nacida para educar.

SÁBADO 23. Un globo. Dos globos. Setecientos globos. Con forma de corazón. De una tacada. El tropel de voluntarios los infla. Sin un gesto de hartazgo. Trabajo callado. Pero recompensado cuando los chavales los sueltan de sus manos.

DOMINGO 24. El cansancio me vence. Llego a pensar que implicar a familia, amigos, comunidades varias y hasta el apuntador en la organización del festival ha sido más “embaucar”. Que les he complicado la vida sin necesidad. Sí, por la animación misionera, para hacer lío. Pero, ¿cuánto hay de capricho personal y cuánto de respuesta compartida a una llamada? Cuando rumio esto, recibo un SMS. “Me he vuelto a sentir útil. Gracias por contar conmigo”. No rumio más.

LUNES 25. Es la segunda persona que me lo deja caer en pocos días. Una posible encíclica sobre la religiosidad popular. Tan denostada por quienes solo ven capirotes o trajes de flamenca, para quienes gustan hablar de niveles de fe y tiran por tierra el Padrenuestro detrás de una estampita o rechazan un escapulario del Niño del Remedio. Creer desde la raíz, en la esencia de un pueblo. En la sabiduría de la tradición. No sé si entra entre los planes papales. Habrá que dejarlo en manos de la Virgen Desatanudos. O de san José. Porque, como dice Bergoglio, como todo carpintero tarda lo suyo en terminar la obra, pero la remata en condiciones.

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.986 de Vida Nueva