Mussie Zerai, el ‘112 del Mediterráneo’: “Europa cerró sus puertas y los traficantes abrieron sus ventanas”

Mussie Zerai, 112 del Mediterraneo

El sacerdote eritreo, entregado a los refugiados, denuncia la “traición” de la UE

Mussie Zerai, 112 del Mediterraneo

Mussie Zerai, el ‘112 del Mediterráneo’: “Europa cerró sus puertas y los traficantes abrieron sus ventanas” [extracto]

ANTÓNIO MARUJO (FAFE, PORTUGAL) | El padre Mussie Zerai nació en Eritrea hace 41 años. Se le conoce como “el 112 del Mediterráneo” por ayudar a salvar, a través del teléfono cuyo número había escrito en una prisión de Libia, a miles de refugiados que buscan llegar hasta Europa. Trabaja en Suiza con los católicos eritreos y coordina en Roma la agencia Habeshia, que se dedica específicamente a atender a los refugiados.

Su experiencia le permite proponer a las autoridades una alternativa para resolver esta crisis humanitaria. “Lo primero –apunta a Vida Nueva– es la búsqueda de soluciones en los países de origen. Estas personas se ven obligadas a abandonar sus hogares por guerras, dictaduras y situaciones de conflicto. También hay que protegerlos en los países de tránsito donde, a menudo, sufren de abuso, violación, malos tratos”. “Cuando visité algunos campos de refugiados en Etiopía –continúa–, varios me dijeron que necesitan una alternativa de perspectiva de vida. Después de salir de estos enormes campos en el medio de la nada, donde no hay escuelas, formación ni trabajo, te preguntas: ¿qué será de su futuro? ¿Se puede vivir con el kilo de harina que reciben?”.

En cambio, denuncia, la Unión Europea (UE) gasta hoy mucho dinero con el único fin de “defender” sus fronteras: “Si se lo gastara en esos sitios para crear las condiciones de vida un poco más dignas, muchos no querrían venir en Europa. Se quedarían cerca de su hogar, con cualquier trabajo que pudieran hacer”. A su juicio, “es necesario abrir corredores humanitarios y embajadas que puedan acomodar a los solicitantes de asilo y darles un visado, sea por reagrupación familiar, por razones de salud o de estudio”.

En el fondo, lamenta Zerai, la respuesta que se da a esta crisis desde la UE refleja una clara pérdida de identidad: “Lo primero que hay que hacer es que la UE reencuentre su verdadera alma, su larga y honrosa tradición de humanismo. Refundar la humanidad dará lugar a una mayor conciencia pública, que ya está presente en muchas personas que dan la bienvenida y ofrecen ayuda a los refugiados”. Así, lo que sus gobernantes hacen hoy es “una traición al propio espíritu de la fundación de la UE y a su carta de valores, cuyo resultado es una Europa confundida, incapaz de afrontar un tema como este. Los políticos están llamados a poner en práctica estas ideas fundamentales, pero no lo están haciendo y están condicionados por los grupos de presión e intereses de partido. No pueden jugar con la vida de las personas”.

Retroceso de décadas

En este sentido, el sacerdote es contundente al valorar el acuerdo de la UE con Turquía: “Es la peor traición que la UE ha hecho en los últimos años a su idea fundadora. Es una violación de derechos y de la Convención de Ginebra. Estos 70 años de conquista de derechos se redujeron a cero con este acuerdo. Es una regresión cultural y un retroceso de décadas a nivel de derechos”.

De hecho, acusa indirectamente a esta política de dar dinero a los traficantes: “La decisión de la UE de cerrar sus fronteras favorece el florecimiento de la trata de personas, el tráfico de órganos… Toda una serie de actos criminales en torno a los refugiados. Europa cerró sus puertas y los traficantes abrieron sus ventanas, peligrosas y costosas, que financian su actividad criminal. Si realmente queremos combatir estas actividades ilegales, hay que secar la fuente. Para secar la fuente, hay que abrir una alternativa, que son los canales legales”.

En el nº 2.986 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir