Informe FOESSA 2016: la pobreza se hereda en España

El 81% de personas que tuvieron graves dificultades económicas en su infancia, las reviven en la actualidad

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BLANCA RUIZ ANTÓN | En España la pobreza se hereda. Se trata de una durísima conclusión que muestra el informe La transmisión de la pobreza intergeneracional, factores procesos y propuestas para la intervención de la Fundación FOESSA, vinculada a Cáritas. Ante una Europa y una España que envejecen a ritmo vertiginoso por no cubrir el relevo generacional, precisamente tener hijos hoy en España es “uno de los factores más importantes de riesgo de pobreza”. Factores como el nivel de estudios, la situación laboral, la ocupación y la renta son los principales responsables de que en nuestro país la pobreza se herede de padres a hijos.

El 81% de personas que vivieron graves dificultades económicas en su infancia y adolescencia, las están reviviendo en la actualidad como adultos. Necesidades y precariedad que se acentúa en periodos de crisis. Esto dificulta el acceso a los estudios superiores y, por tanto, limita las posibilidades de que el futuro sea mejor para esas personas. Según afirmó Sebastián Mora, secretario general de Cáritas, esta difícil situación se debe a “un modelo social que no trata bien a los más débiles ni logra un mínimo de justicia para los que no la tienen”. Por eso son tan importantes las propuestas de Cáritas porque miran al futuro ya que “si no lo remediamos, ocho de cada diez niños pobres hoy, serán personas pobres en el futuro”.

La igualdad de oportunidades es una meta alta a la que aspirar, porque todavía, por ese difícil sistema económico, actualmente no se está consiguiendo. La precariedad de recursos económicos dificulta enormemente el acceso a la educación. “Podemos y debemos revertir la situación, porque la pobreza de los niños condiciona la pobreza en el futuro de los adultos. Pero podemos cambiarlo, y para ello necesitamos reproducir la solidaridad, no la pobreza”, aseguró Mora.

Los datos lo muestran: cuatro de cada diez adultos que vivieron su adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguió alcanzar la educación Secundaria. Algo que tan sólo afecta al 8% de los que nunca tuvieron dificultades económicas. Y, como afirma el informe de la Fundación FOESSA, esto se transmite, porque ocho de cada diez personas cuyos padres no alcanzaron la Primaria no han conseguido completar los estudios secundarios.

Familia e infancia

Raúl Flores, técnico de estudios de Cáritas, afirma que no existe una vía de actuación única, pues se produce el fenómeno de la “espiral de pobreza” en la que “un factor alimenta a otro y hace que cada vez sea más difícil extraer a esa familia del espacio de la exclusión al espacio de la integración”. Flores explicó que “la brecha en la tasa de pobreza entre los hogares sin menores y con menores es en España tres veces superior a la UE27”.

La pobreza infantil en España es 1,5 veces mayor que en la UE (30% frente al 21%), mientras que la pobreza severa duplica la tasa (16% frente al 8%). Una situación dramática que podría paliarse en gran parte con el incremento de las ayudas que el Estado invierte en familia e infancia. Tan sólo un 1,3% en España, frente al 2,2% de la media de los 27 países de la Unión Europea. Este gasto representa el 5,3% del total de gasto en protección social, mientras que en el resto de la Unión ronda el 7,5%.

Medidas para frenar la situación

Cáritas no se conforma con los datos y propone soluciones que se centran en el impulso de políticas públicas para frenar esa transmisión intergeneracional de la pobreza:

  • Mayor inversión en Educación.
  • Impulsar una contribución en la red de servicios sociales comunitarios por la atención psico educativa.
  • Acceso gratuito para todas las personas que residen en el territorio al sistema público de salud.
  • Mayor inversión en políticas sociales y redistributivas.
  • Sistema de prestaciones universales destinadas a la familia y a la infancia.
  • Plan efectivo para la conciliación de la vida laboral y familiar.
  • Apoyo directo a las familias en su labor parental.

En el nº 2.984 de Vida Nueva

 

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