El arte, camino para llegar a Dios

“La belleza es el amor expresado” dijo el jesuita Marko Rupnik ante los chilenos que fueron a contemplar sus charlas.

“Esta visita surge del trabajo que realiza la Fundación Gaudí para cumplir el sueño del padre Aranda de tener aquí en la región una capilla en honor a la virgen diseñada por el genial arquitecto catalán”. Así explicó Alejandro Goic, obispo de Rancagua, la visita del jesuita esloveno Marko Rupnik. A 90 kilómetros al sur de Santiago, en la ciudad de Rancagua, se ha iniciado la construcción de la capilla Nuestra Señora de los Ángeles, diseñada por Antonio Gaudí para el templo de la Sagrada Familia, en Barcelona, y cuyos planos regaló al franciscano chileno Angélico Aranda en 1922. Será la única obra de Gaudí fuera de España.

En este contexto, Rupnik llegó a Rancagua para dar la conferencia El símbolo: construyendo la Iglesia a partir de la Iglesia. Antes de la charla, visitó el parque Cataluña, lugar donde se construye la capilla. Refiriéndose a esta obra expresó: “creo necesario informar bien a la gente para que comprenda que se trata de una cosa preciosa, no para tener un museo o un monumento en medio de un parque, sino tener un corazón en medio de una ciudad, una inspiración para la vida misma, un criterio para el discernimiento”.

“Gaudí ha sido un gran visionario, agregó. Vio que estábamos en una cultura muerta mientras el cristianismo es una manifestación de vida nueva. Él quería dentro de su arquitectura hacer ver esta novedad de la vida. Si nosotros los cristianos en este período no hacemos ver esta vida, los siglos futuros serán paganos” y en concreto frente a este proyecto en Rancagua precisó: “este santuario podría ser una cosa nueva”.

 

El arte: una mirada integral

Rupnik nació en 1954 en Zadlog, Eslovenia. En 1973 ingresó a la Compañía de Jesús y después de sus estudios de filosofía, entró a la Academia de Bellas Artes de Roma. En la Universidad Gregoriana de Roma terminó teología, especializado en misionología. Desde 1991 es Director del Pontificio Instituto Oriental de Roma (Centro Aletti) donde dirige el Taller de Arte Espiritual. Profesor de la Universidad Gregoriana, también es consultor del Pontificio Consejo para la Cultura. Su obra artística está presente en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano, la iglesia de San Giovanni Rotondo, los santuarios de Fátima y Lourdes y la catedral de la Almudena en Madrid, además es el creador de la imagen universal del Año Santo Jubilar de la Misericordia.

Al presentarlo, el obispo Goic precisó que “lo hemos invitado para que nos ayude a reflexionar sobre el arte y la belleza como espacio y camino para llegar a la belleza suprema, que es Dios”.

Durante estos días, Rupnik conversó con Vida Nueva.

¿Cómo ve el arte en este tiempo?

En la actual situación cultural, sobre todo en Occidente, creo que no sólo el arte religioso, sino el arte en sí, desaparecieron. Hace tiempo que nuestra formación escolar es sólo científica, analítica, metodológica, tanto que los especialistas dicen que el cerebro humano está cambiando fisiológicamente. Porque no se desarrolla de ninguna forma la dimensión artística, intuitiva, metafórica y valórica. Creo que hemos llegado a esta situación porque hemos tomado un camino de antropocentrismo radical, hemos cerrado al hombre a lo interno de sí mismo y hemos pensado que sólo el intelecto es la realidad que trasciende, lo que no es verdad. Y hoy vemos por todas partes que no es verdad. Las ideas no pueden trasmitir el amor, la vida y las relaciones. Yo no creo en las relaciones con el intelecto, yo creo en las relaciones con todo lo que la persona es. El arte religioso, como se conoce en Chile, se ha realizado en esta época que ya ha concluido. Es un arte como objeto de culto y de devoción, pero no es un arte que nos abra a una nueva realidad, a un mundo de relaciones, de comuniones; no es un arte que me permita ver un mundo completo, escatológico. Por eso tenemos una estatua aquí, un altar ahí, otra estatua allá, pero no hay historias bíblicas que entren una en la otra y después en la tercera y la cuarta.

¿Qué efecto deja esa carencia?

Creo que para el futuro será indispensable dar un paso intelectualmente más exigente. Pensamos que la época moderna es una época de gran inteligencia, pero no es verdad. Es de un empobrecimiento intelectual enorme porque, desde el individualismo cultural, tenemos una visión de detalles de las cosas: medicina, química, biología, ecología. No podemos ver orgánicamente el conjunto, donde cada detalle encuentra su lugar. Pienso que la sobrevivencia del planeta exige el esfuerzo de ver el conjunto y esto es propio del modo artístico, es decir, orgánico. Pero el arte hoy prácticamente no está. Por eso, creo que es muy urgente comenzar a recuperar la inspiración de aquel gran arte que nos proporciona el ver una cosa junto a la otra, dentro de la otra, ligada a la otra, y de esta manera, ver de un modo íntegro.

¿Cuál es el ideario artístico de Gaudí que se expresan en la capilla Nuestra Señora de Los Ángeles?

La grandeza en esta obra de Gaudí es que en un clima cultural de un color, el pinta de otro color totalmente diferente. Era un contestatario, pero no porque quería serlo, sino porque era creyente. Cuando habla de los elementos de la arquitectura, Gaudí dice que cada detalle debe expresar su verdad, y ¿cuál es la verdad?: el conjunto, la unidad. Esto es Gaudí. Creo que ustedes tienen en Rancagua una posibilidad única de no mirar a otros, sino hacer algo según la visión de Gaudí; pero no tratar de encontrar elementos textualmente de Gaudí y ejecutarlos, pues eso sería un museo. Gaudí murió, pero podemos tomar su visión y completarla, terminarla. Sería, según mi parecer, un ejemplo único de una unidad entre arquitectura, arte, fe, riqueza y cultura. Sería una bomba.

 

Lugar de comunión

“¿Qué es la belleza y cómo es posible aproximarse a este concepto desde distintas acepciones? ¿La belleza para el cristiano debiese ser distinta que para el resto? Si es así, ¿por qué?”. Esta es una de las preguntas que se le hizo a Rupnik durante la conferencia La belleza, lugar de comunión que brindó en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago. En seguida, el jesuita esloveno respondió al interrogante: “En el mundo moderno, la belleza primero se malentiende, confundiéndola con aquello que resulta perfecto, con la cosmética, con lo romántico y lo idealista. Solo al final se descubre el sacramento, y que dentro de una cosa hay otra distinta. La belleza es el amor realizado”.

Al término de esta visita, Gonzalo Díaz, presidente de la Corporación Gaudí de Triana, en Rancagua, señaló: “Su conferencia fue inspiradora para todos quienes asistimos. El padre Rupnik ha tenido la buena voluntad de reunirse con nosotros para ver como forjamos una relación de trabajo en torno a la construcción de la Capilla Nuestra Señora de Los Ángeles. Estamos contentos porque ha accedido a trabajar a futuro en esta significativa obra, además de ser nuestro embajador para difundir el proyecto en su quehacer diario”.

ROBERTO URBINA AVENDAÑO

 

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