El cardenal Philippe Barbarin pide perdón a las víctimas de abusos

Cardenal Philippe Barbarin

El prelado francés, al que se le tachó de “encubridor”, objeto de linchamiento mediático

Cardenal Philippe Barbarin

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MARIE MALZAC (PARÍS) | El cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, objeto de una demanda judicial por “ausencia de denuncia” en el caso de abusos sexuales a niños cometidos por un sacerdote hace 25 años, se ha convertido en centro del escándalo que plantea la cuestión de la lucha contra esta lacra en la Iglesia de Francia.

Meses atrás, cuando los abusos del padre Preynat volvieron a salir a la luz, se creó el comité La palabra liberada, que reunía los testimonios de unas 60 víctimas hasta hoy. Aunque los hechos ocurrieron entre 1986 y 1991, mucho antes de la llegada de Barbarin, el propio purpurado reconoció en una entrevista estar al corriente del pasado del sacerdote, al parecer arrepentido de sus errores y mantenido en su puesto.

Objeto de un virulento linchamiento mediático, el cardenal Barbarin rechazó desde entonces la acusación de “encubridor”. Sin embargo, durante la pasada Semana Santa, pidió “personalmente perdón” a las víctimas por “el mal cometido por algunos sacerdotes”, recordando que no era él el obispo de la diócesis cuando fueron perpetrados estos “actos abominables”.

Más allá de las posibles responsabilidades del primado de las Galias, quien ha demostrado una rápida reacción en otros casos de abusos cometidos en su diócesis, estas acusaciones están produciendo una serie de preguntas sobre la lucha contra la pederastia del clero en Francia. Precursores con unas drásticas medidas aprobadas ya en el año 2000, los obispos galos se están dando cuenta de que todavía queda mucho por hacer en este asunto.

“Solo queremos tolerancia cero con los abusadores”, clama la madre de dos víctimas, citada por la prensa francesa. “Y que, en vez de querer preservar a la institución –añade–, se piense en las víctimas y en cómo hacer para escucharlas”.

Los prelados galos, que apoyan a Barbarin, podrían reflexionar sobre la posibilidad de que los actos de pederastia no prescriban. También se ha hablado mucho estos días de la “célula de escucha” de las víctimas puesta en marcha en Orleans, modelo que podría “exportarse” a otras diócesis.

En el nº 2.982 de Vida Nueva. Del 5 al 11 de marzo de 2016

 

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