Cada vez más sombras en el ‘Vatileaks 2’

Francesca Inmacolata Chaouqui

Los procesos de beatificación y canonización, sobre los que se centran varias denuncias, serán más transparentes

Francesca Inmacolata Chaouqui

Francesca Inmacolata Chaouqui (vestida de negro) acude a declarar rodeada de varios guardaespaldas

ANTONIO PELAYO (ROMA) | El aula del Tribunal Vaticano es un modesto recinto –¿50 metros cuadrados?– con una decoración un poco kitsch que se remonta a los tiempos de Pío XI. En él, el lunes 14, se ha reanudado el Vatileaks 2, el proceso judicial por la divulgación de documentos reservados de la Santa Sede en el que están acusados el español Lucio Ángel Vallejo Balda y los italianos Francesca Immacolata Chaouqui, Nicola di Maio y los periodistas Emiliano Fittipaldi y Gian Luigi Nuzzi. Todos menos este último (declarado contumaz) estaban presentes.

El Tribunal lo presidía el profesor Giuseppe della Torre, acompañado por otros tres jueces y el promotor de Justicia (fiscal), Gian Piero Milano, con su adjunto, Roberto Zanotti. Habían sido admitidos a seguir el proceso un reducido número de periodistas y, como observador, un representante de la embajada de España ante la Santa Sede. No se permitió registrar ni imágenes ni sonido de las audiencias.

La atención se centró en Vallejo, interrogado por el presidente del Tribunal, el promotor de Justicia y su abogada defensora, Emanuela Bellardini. En total, tres horas (más otras tantas en las sesiones del martes por la mañana y tarde, con los interrogatorios de los abogados de los otros imputados). Con la ayuda de un traductor (un gendarme de origen español), Vallejo, con relativa serenidad, fue respondiendo a las preguntas.

Después de aclarar sus funciones en la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede (de la que figura todavía como secretario en la reciente edición del Anuario Pontificio) y en la COSEA (la comisión pontificia creada el 20 de julio de 2013 por Francisco para examinar el funcionamiento de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede), el sacerdote riojano reconoció haber pasado documentos reservados a los dos periodistas italianos citados (una parte de los cuales fueron publicados en los libros Via Crucis, de Gian Luigi Nuzzi, y Avarizia, de Emiliano Fittipaldi).

La forma en que tuvo lugar esta transmisión fue, según su confesión, la entrega a Nuzzi de cinco páginas en las que figuraban 85 contraseñas que daban acceso a documentos “de relevante interés” que figuraban en su correo electrónico y una clave de acceso a documentos pasados o recientes. “No estaba en plena lucidez –afirmó–, pero estaba igualmente convencido de que tenían acceso a mi correo electrónico, puesto que el marido de Chaouqui [Corrado Lanino] había sido el responsable de montar los servicios informáticos de la comisión”.

Después de aludir en numerosas ocasiones a su estado de “ansiedad” y de miedo por su vida, Vallejo centró sus acusaciones sobre Chaouqui (que había trabajado antes como relaciones públicas y que entró a formar parte de COSEA recomendada por él). Esta compareció ante el tribunal en avanzado estado de gestación de un bebé varón (al que ha anunciado que le dará el nombre de Pedro), aunque a la hora de redactar esta información aún no ha sido interrogada.

Muy en síntesis, el sacerdote español acusó a la que fue durante un relativamente largo espacio de tiempo su colega de trabajo, confidente y “amiga” de haberle presionado y amenazado en persona y a través de los dos periodistas italianos. No fue capaz de concretar las amenazas, pero describió el carácter intrigante de quien se hacía pasar como número dos de los servicios secretos italianos y se jactaba de tener relaciones de muy alto nivel.

Entre otras cosas, relató dos cenas con Luigi Bisignani (uno de los personajes ligado a los más misteriosos escándalos de este país) y con Paolo Berlusconi, hermano del ex primer ministro Silvio, cuyo objetivo era influirle para que se sometiera a sus peticiones. Chaouqui, que le asediaba con llamadas y mensajes telefónicos, se habría sentido muy frustrada cuando, al finalizar su trabajo en la COSEA, fue alejada del Vaticano y le amenazaba con “destruirle en los periódicos”. “Entregar esos documentos –acabó confesando Vallejo en el interrogatorio del martes 15 por la mañana– era para mí el modo de pagar mi libertad”.

“Fábrica de santos”

Mural Madre Teresa de Calcuta

Francisco ha anunciado las próximas cinco canonizaciones, entre ellas las del cura Brochero o la Madre Teresa de Calcuta, que será el 4 de septiembre

Las audiencias del proceso quedan suspendidas a partir del lunes 21 y no se reanudarán hasta después de Pascua. No se corre ningún riesgo al anunciar que pueden producirse aún muchas sorpresas. En uno de los capítulos del libro de Fittipaldi se dedican algunas páginas a la así llamada “fábrica de los santos”, es decir, la Congregación para las Causas de los Santos, a cuyo frente figura el cardenal Angelo Amato. No hay novedades importantes en dicho informe, pero se resaltan algunos “excesos” en la gestión de los procesos de beatificación y de canonización.

En relación con esto, el 10 de marzo se dieron a conocer las nuevas “normas sobre la administración de los bienes de las causas de beatificación y canonización”, aprobadas por el Santo Padre el 4 de marzo, y que cancelan las hasta ahora vigentes desde 1983. Los criterios fundamentales de este nuevo ordenamiento son la contención de los gastos, una mayor transparencia en el uso de los mismos y la creación de un fondo de solidaridad para ayudar financieramente a las diócesis, congregaciones o instituciones que no puedan afrontar los costes del proceso.

Según se dice en el texto, la Santa Sede reconoce “la naturaleza peculiar de bien público de las beatificaciones o canonizaciones” y, en consecuencia, “sostiene los costes de las causas de los santos en su fase romana” y “vigila para que los honorarios y los gastos sean contenidos y tales que no obstaculicen su proseguimiento”. También fija pautas para que en la fase diocesana se observen criterios de claridad y responsabilidad.

Precisamente, Francisco presidió el martes 15 un consistorio ordinario para la canonización de cinco beatos, entre los que se encuentran la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad, y José Gabriel del Rosario Brochero, el cura Brochero, tan querido por Bergoglio. La religiosa será canonizada el 4 de septiembre en Roma.

Como buen jesuita, la espiritualidad del Papa se centra en los ejercicios espirituales del fundador de la Compañía de Jesús. Este año celebró con la Curia los propios de la Cuaresma, del 6 al 11 de marzo, y, como el año anterior, tuvieron lugar en la Casa Divino Maestro, en Ariccia, cerca de Roma. Frente a lo que sucedía en el pasado, se desarrollaron en un intenso clima de oración y silencio. Los predicó el servita Ermes Ronchi, que los centró sobre diez de las 220 preguntas que Jesús hizo en los cuatro evangelios. Dos de ellas fueron: “¿Por qué tenéis miedo? Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”.

En el nº 2.981 de Vida Nueva

 

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