Para una genuina pastoral de la paz

Erprofe

El arzobispo de Tunja invita a los obispos a creer en la justicia transicional

Tres desafíos, tres pasos y tres propuestas fueron el contenido del discurso del presidente de la Conferencia Episcopal durante la apertura de la más reciente Asamblea Plenaria del organismo.

“¿Cómo recuperar la fuerza espiritual de la Iglesia?”, preguntó Mons. Luis Augusto Castro a los demás prelados del país. “Aumentando los testimonios de misericordia”. He aquí el primer desafío, según el arzobispo de Tunja. “La misericordia es una vibración amorosa del corazón de Dios por sus hijos en aflicción (…) es un arte: el de hacer obras de bien por los que sufren”. “No se reduce a una emotividad intensa ni a una movilización de sentimientos; la misericordia está en la lógica del don, un don que se otorga mediante una práctica inteligente”. Recordando el pensamiento del papa Francisco, quien considera que la Iglesia debe ser como una tienda de campaña, Castro subrayó la importancia de ir del centro a la periferia.

El segundo desafío: continuar favoreciendo el perdón. “Es imposible que quien tiene el corazón lleno de odio, de venganza, de arrogancia, pueda practicar la misericordia”. En el contexto del país, el perdón permite que una persona deje de concebirse como víctima y pase a concebirse como sobreviviente; capaz de construir de nuevo un proyecto de vida.

Y el tercer desafío: la reconciliación. Construir comunidades reconciliadas y reconciliadoras. A este nivel, el presidente de la CEC concluyó: “Responder a estos tres desafíos: promover la misericordia, el perdón y la reconciliación es el mejor aporte que podemos dar como Iglesia y como jerarquía en el posconflicto, la construcción de una nueva Colombia”.

Misericordia y justicia

En el marco del proceso de paz que vive el país, monseñor Castro pidió a los obispos ayudar a la feligresía y al clero a entender el valor de la justicia transicional, “una solución excepcional para responder a una situación extraordinaria”, como ha sido el conflicto armado en Colombia. Según asegura, este proceso se está realizando en coherencia con las leyes internacionales. Y hay más: “considerada desde nuestra perspectiva, la justicia transicional es un paso importante para introducir la misericordia en los procesos penales”. El tercer paso, cuando históricamente han prevalecido la cárcel y a la ejecución.

Dentro de las propuestas de la presidencia de la CEC, en el marco de la Asamblea Plenaria número cien, se destaca la elaboración de un material explicativo sobre el contenido de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC. Este aporte, ya en proceso, pretende ayudar a que la gente vote a conciencia el plebiscito y se comprometa en el post-acuerdo.

Según el arzobispo de Tunja, la Iglesia puede desarrollar un importante papel en la reintegración integral de los excombatientes; “un acto humanizador”, a su parecer, en el cual hay mucho por hacer tanto a nivel espiritual, como académico y social. Se trataría de una genuina pastoral de la paz, que abra las puertas a la sociedad y al mundo del trabajo: “Los que salen de las cárceles o del conflicto lo hacen físicamente pero no socialmente, muchas puerta -si no todas- le serán cerradas hasta tanto ellos no atestigüen un debido crecimiento en humanización y formación en valores cívicos y espirituales”. “El testimonio de la Iglesia puede salvar el futuro de muchas de estas personas”, sostuvo Castro.

Su tercera propuesta, circunscrita concretamente al escenario de la CEC, fue la creación de un organismo permanente en favor de los obispos eméritos de Colombia.

VNC

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