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‘Hiroshima’


Un libro de Hugo Makibi Enomiya-Lassalle (Ediciones Zendo Betania) La recensión es de Luis Fernando Crespo

Hiroshima, Hugo Makibi Enomiya-Lassalle (Ediciones Zendo Betania)

Título: Hiroshima

Autor: Hugo Makibi Enomiya-Lassalle

Editorial: Ediciones Zendo Betania

Ciudad: Brihuega, 2015

Páginas: 146

LUIS FERNANDO CRESPO | Hiroshima es el testimonio de un superviviente, pero no solo un testimonio de las consecuencias de la sinrazón bélica. En la introducción a esta edición de 2015, en el prefacio a la edición alemana de 1989 y en el prólogo a la primera edición en castellano de 1947, nos dan las claves para comprender las semillas y, más tarde, las realizaciones concretas de una misión al servicio del diálogo cultural e interreligioso, y de un esforzado trabajo por la paz mundial. Este libro es buena muestra de todo ello.

Hugo Makibi Enomiya-Lassalle, jesuita alemán, llega a Japón en 1929 y comienza a vivir en una nueva cultura, marcada por el budismo, con la que inicia un singular diálogo. Tras 16 años de presencia en el país nipón, “fui testigo ocular –nos dice– del horrible bombardeo atómico”, a 500 metros de su residencia. Lo que le lleva a escribir este testimonio no es tanto narrar los desastres de la guerra, que relata en primera persona, sino ofrecer algunos enfoques de la cultura bimilenaria de Japón, presentando el desarrollo espiritual alcanzado por este pueblo.

No cabe duda de que dar este testimonio, a finales de los años 40, es ser un precursor de lo que el Vaticano II reconoció en el decreto Ad gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia, en el que el mismo padre Lassalle participó, con otros profesores jesuitas de la Universidad Sofía de Tokio, como redactor de su artículo 18: “Consideren con atención el modo de asumir en la vida religiosa cristiana las tradiciones ascéticas y contemplativas, cuya semilla había Dios esparcido con frecuencia en las antiguas culturas antes de la proclamación del Evangelio”.

El libro, por tanto, no se limita a manifestar lo que vio, lo que escuchó, lo que pensó, a raíz de la bomba atómica, sino que analiza por qué entró Japón en la guerra, cuáles fueron sus planteamientos durante la misma y cómo vivió la posguerra. También examina el futuro de la nación, en especial la nueva cultura japonesa y su diálogo con el cristianismo.

El ensayo, escrito a petición de los jesuitas estadounidenses aunque publicado por primera vez en Buenos Aires, dos años después de la rendición de Japón, busca también, con rigor intelectual y alejado de oportunismos políticos, favorecer el mutuo entendimiento de los países. Es una manera de mostrar el verdadero Japón a Occidente. Si se logra una mejor comprensión, “la hora de la más profunda humillación japonesa se transformará en hora de gracia para este pueblo derrotado en la guerra”. Favorecer el encuentro entre Oriente y Occidente, transitar la senda del acercamiento, del diálogo, del entendimiento muto… son caminos que recorre vitalmente el padre Lassalle, y de los que deja constancia.

En el prefacio a la traducción alemana de 1989 el autor insiste en el valor de su testimonio para contribuir a la construcción de la paz, basada en el conocimiento y el diálogo mutuo. El poder de la técnica, el desarrollo armamentístico, parece determinar la vida y la espiritualidad del hombre actual. Además de un cambio estructural político y cultural, la renovación de nuestro mundo solo será posible con el nacimiento de un hombre nuevo, que trabaje por la paz. La misión ad gentes cristiana contribuye también a ello.

En 40 años ha variado notablemente la experiencia de evangelización. Hoy comprendemos que es posible una renovación por medio de la espiritualidad oriental, que favorece la construcción de un hombre nuevo. Por eso es necesario tender espacios de encuentro y de diálogo, de conocimiento mutuo.

Apoyo del padre Arrupe

Finalmente, esta cuidada edición a cargo de Ana Mª Schlüter, maestra zen y discípula del padre Lasalle, nos permite recuperar un libro que no ha perdido su vigencia. De particular interés lo que nos cuenta del apoyo que recibió del padre Arrupe, con anterioridad provincial de Japón y al final de los 60 prepósito general de la Compañía de Jesús. A pesar de las grandes resistencias que levantaban los proyectos zen de Lassalle, Arrupe fue siempre un defensor del diálogo interreligioso. También Pablo VI llegó a conocer estos proyectos, y les dio su bendición.

Hiroshima es el lugar del Templo de la Paz Mundial, fundado por Lassalle, y del primer centro zen, Kabe-Shinmeikutsu, erigido por un cristiano. Es este libro que ahora presentamos una joya bibliográfica de gran interés para conocer la historia concreta de un diálogo cultural e interreligioso en favor de la paz mundial. Libro histórico de auténtica actualidad.

Hacemos nuestro el deseo con que termina la introducción a esta reedición castellana: “Que el zen, practicado de forma auténtica, fomente la paz en el mundo, que fue lo que el P. Lasalle deseó y a lo que se entregó”.

En el nº 2.979 de Vida Nueva

Actualizado
04/03/2016 | 00:37
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