El Papa y el nuevo presidente argentino no tenían una relación fluida en Buenos Aires
El encuentro entre Macri y Francisco apenas duró 22 minutos. Luego se confirmó que Bergoglio no irá a Argentina este año
ANTONIO PELAYO (ROMA) | El sábado 27 de febrero tuvo lugar el primer encuentro entre el nuevo presidente de la República Argentina, Mauricio Macri, y su compatriota Francisco. La cita se esperaba por su significatividad, debido a la nacionalidad argentina del Papa y a las numerosas visitas recibidas por parte de la hasta ahora presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que sorteó los numerosos roces que su marido Néstor y ella habían tenido durante años con él y, desde su elección papal, buscaba figurar como uno de sus grandes apoyos internacionales. Todos los detalles que rodearon esta primera audiencia con Macri conducen a una conclusión: la frialdad como nota dominante.
Así lo atestiguan los muy escasos 22 minutos de entrevista y la severidad del rostro papal, que, contrariamente a lo que nos tiene acostumbrados, no dejó aparecer una sola sonrisa. También queda la noticia de que Bergoglio no viajará a Argentina este año (como se había imaginado), solo matizada con el añadido de que lo hará “lo antes posible”, sin precisar fecha alguna.
En el trasfondo de este “desencuentro” parecen estar no solo las no muy buenas relaciones que ambos mantuvieron cuando eran respectivamente alcalde y arzobispo de Buenos Aires, sino sobre todo un cierto hartazgo por parte del Papa de que sus dichos y hechos sean con frecuencia manipulados en su país de origen como si respondiesen a una estrategia argentina. No le va a faltar, pues, trabajo al nuevo embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Francisco Emilio Pfirter, que presentó sus cartas credenciales cinco días antes de la llegada a Roma de Macri.
Audiencia con el patriarca ortodoxo de Etiopía
A nivel ecuménico, no menos importante fue, el lunes 29, la visita al Papa del patriarca ortodoxo de Etiopía, Abuna Matthias I, quien pastorea una Iglesia a la que pertenecen 35 millones de fieles; desde luego, una cifra nada desdeñable. También hay que tener en cuenta que se produce al poco tiempo del histórico abrazo en La Habana entre Francisco y Kirill, el patriarca ortodoxo ruso, representante de la mayoría de los ortodoxos de todo el mundo. En el curso de la cita, Bergoglio denunció, entre otras cuestiones, la “violencia devastadora contra los cristianos y otras minorías en Oriente Medio y en algunas partes de África”. En este sentido, invitó a que la sangre de los mártires y el sufrir una misma persecución sean signo de fraternidad entre todas las confesiones, conduciendo a “una unidad cada vez más plena”.
Matrimonio gay
El jueves 25, el Senado de la República Italiana aprobó una ley sobre las uniones civiles (no solo de las personas homosexuales). La llamada Ley Cirinná, por el nombre de la senadora que la ha elaborado, ha sido discutida durante muchos muchos meses y aún debe pasar otra votación en la Cámara de Diputados (donde no se esperan dificultades, puesto que el Gobierno dispone de una amplia mayoría). No vamos a entrar en los detalles de un texto complejo; digamos solo que, en el último momento, se cancelaron algunas disposiciones favorables a la adopción de niños por parte de las parejas del mismo sexo y se renunció a discutir el llamado vientre de alquiler.
Con su habitual optimismo, el primer ministro, Matteo Renzi, afirmó que “había vencido el amor”; opinión que no comparten los obispos italianos y una buena parte de los ciudadanos de este país, que hace menos de un mes participaron masivamente en el Family Day para oponerse a tal proyecto de ley. No ha faltado quien haya subrayado que el Vaticano ha parecido menos determinado en su oposición a los proyectos gubernamentales sobre el matrimonio y la familia.
El Papa visita por sorpresa un centro de rehabilitación para drogodependientes
En la reunión que cada año celebran la Santa Sede y el Estado italiano para celebrar el aniversario de los Pactos de Letrán, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, destacó que se había tocado el tema, “pero sin entrar en la discusión del mismo”, pues “las posiciones están ya claras”. Luego insistió en que, para la Iglesia, la pauta vigente sigue siendo la sentencia 138 del Tribunal Constitucional (año 2010), en la que se pide que las leyes no equiparen las uniones civiles al matrimonio.
También en clave local, el sábado 27 el Papa se encontró con 7.000 representantes de la Confindustria, la confederación italiana que, desde hace más de cien años, reúne a más de 150.000 empresas. “Ustedes están llamados –les dijo Francisco en su discurso– a ser constructores del bien común y artífices de un nuevo ‘humanismo del trabajo’. Están llamados a tutelar la profesionalidad y, al mismo tiempo, a prestar atención a las condiciones en las que el trabajo se realiza, para que no se verifiquen incidentes y situaciones de malestar. Que su camino a seguir sea siempre la justicia, que rechaza los atajos de las recomendaciones y de los favoritismos, y las desviaciones peligrosas de la deshonestidad y de los fáciles acuerdos. Que la ley suprema sea en todo la atención a la dignidad del otro, valor absoluto e indisponible. Que este horizonte de altruismo caracterice su compromiso, que los llevará a rechazar categóricamente que la dignidad de la persona sea pisoteada en nombre de exigencias productivas, que enmascaran miopías individualistas, tristes egoísmos y sed de ganancia”.
Imagen del nuevo centro hospitalario para personas sin hogar en San Pedro
Más gestos de misericordia
En la dinámica de que el Año de la Misericordia se concrete en pequeños gestos de fraternidad, también en el Vaticano, se encuadran estas dos acciones impulsadas con el apoyo explícito del papa Francisco: la inauguración de un centro hospitalario (se une a los dormitorios, duchas y peluquería puestas en marcha tiempo atrás) para personas sin hogar bajo la columnata de la plaza de San Pedro, el lunes 29 de febrero, y, tres días antes, su visita por sorpresa al Centro Italiano de Solidaridad Mario Picchi (fundador del Proyecto Hombre), donde se reunió con un grupo de personas que participaban en una sesión de rehabilitación para abandonar su drogodependencia. Además de escuchar sus historias e insuflarles ánimos, el Papa se fundió con todos a la vez en un gran abrazo.
- OPINIÓN: Vatileaks por Antonio Pelayo
En el nº 2.979 de Vida Nueva
