Identidades entre paréntesis. ¿Quién soy y en qué mundo vivo?

Una aproximación al complejo universo juvenil

portada Pliego VN Quién soy yo y en qué mundo vivo 2978 febrero 2016

ALICIA RUIZ LÓPEZ DE SORIA, ODN, licenciada en Farmacia y en Teología, responsable de Pastoral Educativa en el colegio Compañía de María de Almería | En una reflexión actualizada sobre la identidad en el momento de la juventud, advertimos la invitación a superar un discurso centrado en las diversas crisis de identidades que nos amenazan a todos en estos tiempos, con el fin de pensar en la extraordinaria capacidad que están desarrollando los jóvenes para crear su propia identidad a modo de potencialidad humana emergente en un mundo de cambios veloces y transformación constante.

Según Claude Dubar, en la segunda década del siglo XXI, en Francia se dice adiós a antiguas formas de identificación de los individuos (culturales, estatutarias) y hola a otras nuevas (reflexivas, narrativas). En el contexto europeo en general, solo en unos meses hemos presenciado acontecimientos tan relevantes como una masiva afluencia de refugiados, un grave atentado del terrorismo yihadista y el primer pacto global contra el calentamiento del planeta.

Nos aproximamos a esa condición juvenil, por tanto, en el marco de un mundo complejo, fragmentado y convulso; y observamos que las nuevas generaciones están convirtiéndose, dada la situación de orfandad institucional, en artistas de su propia identidad.

I. ¿Sé quién soy?

La exclamación no se hace esperar cuando, de manera sorpresiva, esta cuestión se lanza a un grupo de educadores: ¡qué pregunta tan difícil! Resulta algo incómoda y desconcertante, demasiado existencialista para los tiempos que corren. “Soy hija, hermana, esposa, madre… educadora… creyente… tierna y enérgica a la vez… almeriense, de clase social media… me he hecho más ecologista a partir de Laudato si’Puedo decirte quién soy desde múltiples puntos de vista, ¿a cuál te refieres?”.

Sin embargo, aun a sabiendas de la dificultad de hallar una respuesta plenamente satisfactoria –pues radicalmente somos misterio–, es conveniente hacernos esta pregunta para no quedarnos en los umbrales de nuestra propia humanidad.

Vivimos en un mundo que continuamente plantea desafíos muy variados al joven, que quiere sentirse en sintonía con las últimas tendencias y, a la vez, mantener el equilibrio entre su ser original y el ser de las masas. Por su dificultad, no extraña que la vida de un gran número de jóvenes europeos transcurra ignorando la cuestión sobre ¿quién soy?, más aún, ocultándola.

Vamos a intentar concretar siete razones por las cuales es frecuente que los jóvenes eludan este desafío espiritual:

  • 1) Han nacido, han crecido y se proyectan en la “civilización del espectáculo”.
  • 2) Se les incita a confundir el “valor del ser” frente al “tener”.
  • 3) Respiramos en una cultura donde se identifica el “ser” con el “hacer”.
  • 4) Se responde fácilmente a la pregunta ¿quién soy? con una descripción de la forma de ser, subrayando las cualidades y defectos en el marco de las emociones que prevalecen en nuestra conducta.
  • 5) La introducción de las nuevas biotecnologías entre nosotros ha vuelto más compleja la cuestión de la identidad humana en general.
  • 6) El conocimiento personal es inseparable del conocimiento de la realidad que nos circunda y afecta, de tal manera que mundo interior y mundo exterior van unidos, interioridad y panrelacionismo han de vincularse.
  • 7) Un número considerable de jóvenes considera, sencillamente, que la cuestión ¿quién soy? se les escapa.

II. Pero, ¿dónde reside la identidad personal?

III. ¿Qué elementos favorecen que el joven diseñe una “identidad válida”?

IV. El testimonio de una vida identificada con Jesucristo ayuda al joven a descubrir su verdadera identidad: criatura de Dios única

 

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