Iker Jiménez: “La vida es un enigma inabarcable”

Director de ‘Cuarto Milenio’ y ganador de la última Antena de Oro

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ÁNGELES LÓPEZ | Como García Márquez con su Macondo, Iker Jiménez ha creado su comunidad “milenaria”. Bien sea desde Cuarto Milenio, desde su extinto programa en la SER o su actual espacio en RadioSet: únicamente trasmite aquello en lo que cree. Es un entusiasta asombrado ante el enigma de la vida; una rara avis dentro de los contadores de historias mediáticos, capaz de acercarnos a la maldad de los buenos y la bondad de los malos. No hace programas, sino estudios caracterológicos. Más allá de psicofonías, le apasiona la verdad primigenia y nuestras raíces. Hablamos con el Premio Ondas, el ganador de la última Antena de Oro, el hombre bueno “machadiano”…

PREGUNTA.- Menos ovnis, pero más zoología, arqueología, neurología, tecnología… ¿Siente cada vez más interés por el más acá que por el más allá?

RESPUESTA.- Sí. La vida es un enigma inabarcable. Siento que debería vivir muchas vidas para simplemente rozar la capa más superficial del verdadero misterio de la realidad.

P.- Ahora que escuchamos hablar de líneas rojas, ¿dónde se sitúa la suya?

R.- Nunca haría algo por dinero. Nunca lo he hecho. Creo que ahí empiezan todos los males.

P.- ¿Le puedo preguntar, en román paladino, si cree en algo?

R.- Creo profundamente en la trascendencia. En el alma. En que volveremos a una luz inefable e indefinible. La luz del inicio del todo. Quienes lo merezcan, claro. Que contracorriente y poco moderno suena, ¿verdad? Pero mi vida cambió tras tres horas en Altamira a solas. No he logrado explicarme lo que pasó. Pero sé que algo muy importante ocurrió y me transfiguró. De la caverna mágica creo que salió alguien mejor y más comprometido.

P.- ¿Qué le preguntaría al Papa si le tuviera delante?

R.- No lo sé… Creo que el Papa sabe tan poco como yo del verdadero misterio. Es tan lejano a él como yo.

Entrevista íntegra solo para suscriptores

En el nº 2.977 de Vida Nueva

 

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