II Jornada por la Paz en Guernica: “Reconciliarse es ponerse en la onda de Dios”

La Diócesis de Bilbao busca encontrarse para “relativizar ideologías”

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Mario Iceta pide la entrega de armamento y la disolución definitiva de ETA

VICENTE LUIS GARCÍA | Hacia un futuro esperanzador. Bajo esta premisa se vivió, el pasado 13 de febrero, la segunda Jornada por la Paz en Guernica, organizada por la Diócesis de Bilbao. “Entre las aportaciones que se hicieron se dijo que la reconciliación es regalo de Dios y reconciliarse es ponerse en la onda de Dios. Por eso es necesaria una lectura contrastada que ayude a relativizar ideologías y a buscar puntos de encuentro”, señala a Vida Nueva el vicario general de la Diócesis de Bilbao, Ángel María Unzueta.

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ya mostró su preocupación en su carta de invitación a los actos, ya que “las cuestiones relacionadas con la paz y la reconciliación no figuran entre las principales preocupaciones en nuestra sociedad y en nuestras comunidades cristianas, según los últimos sondeos sociológicos”. En este mismo sentido, Unzueta recalca que “partimos de que en el trasfondo del acto se encuentra la idea de que no se puede pasar página en la historia sin haberla escrito y leído. Nuestra labor, desde lo eclesial y desde lo social, es seguir recordando que esas heridas siguen estando ahí y hay que prestarles atención. Pasar página es bueno y habrá que hacerlo, pero antes quedan renglones por escribir y un análisis compartido de su lectura”.

En la pasada edición tuvo un marcado protagonismo el testimonio de las víctimas y el eco que en la comunidad producían sus palabras. Este año, el objetivo ha sido hacer una lectura creyente de la realidad y la interpelación personal desde el punto de vista cristiano, pero en el que estuvieron también presentes familiares de víctimas, presos y extorsionados. El acto de Guernica nació no tanto como una iniciativa para toda la diócesis, sino más bien “como propuesta repetible en otros foros y espacios eclesiales. Algo extensible y que se haga allí donde haya gente implicada en ello”, explica Unzueta.

Acercamiento de presos

Mario Iceta explicó en su carta de invitación al acto que “valoramos los gestos que se van generando en la sociedad civil, donde está presente un significativo grupo de creyentes y sobre los que debemos discernir a la luz del Evangelio: la demanda de entrega de armamento y disolución definitiva de ETA; los gestos de reconocimiento, justicia, acompañamiento y reparación de las víctimas y sus familiares; los movimientos tendentes a repensar la situación de las personas encarceladas y sus familias; la contribución que podemos prestar a la labor desarrollada por instituciones y organismos implicados”.

En este sentido, Unzueta señala que “el obispo y, en su voz, muchos en esta diócesis valoramos los gestos que se están dando desde diversos sectores y la sensación que ellos provocan de que algo se está moviendo. La disolución de ETA se ha pedido siempre y el resto de demandas acompañan a esta. Los principales gestores de estas demandas son los partidos políticos y las instituciones. La Iglesia puede acompañar y rezar para que vaya bien, pero no es una fuerza política, tiene su visión de las cosas, desde el Evangelio, y ha jugado un papel más o menos relevante cuando se le ha solicitado”.

Por otro lado, indica: “La Iglesia, entendida como los cristianos de a pie, ha estado y sigue estando muy presente a la hora de propiciar humanización en las cárceles o en el nacimiento de movimientos como Gesto por la Paz, Lokarri, Elkarri, Baketik… Podemos decir que la presencia de la Iglesia, además de en la voz de los obispos, ha sido mayor seguramente en lo callado y escondido a través de la presencia de creyentes en las diversas realidades”.

En el nº 2.977 de Vida Nueva

 

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