Maristas de Barcelona: “Ante un caso de abusos no podemos mirar hacia otro lado”

El colegio niega a ‘Vida Nueva’ las acusaciones de haber encubierto casos de pederastia

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Cientos de padres acudieron a las manifestaciones en apoyo a los maristas

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | Ha sido una larga semana cuaresmal para los hermanos maristas en Barcelona. En 2011, unos padres denunciaron abusos a un menor por parte del profesor de Educación Física del colegio de Sants-Les Corts, Joaquín Benítez. El profesor abandonó el centro y los maristas alertaron al claustro de profesores y presentaron una denuncia ante la fiscalía de menores. Los padres no continuaron el proceso judicial y nunca más se supo. Hasta el 4 de febrero de este año, cuando otro padre denunció en varios medios de comunicación otro caso cometido por el mismo profesor. Esto llevó a que, públicamente, Benítez reconociera su culpabilidad y que salieran en la prensa nuevas denuncias contra él y otros profesores por presuntos abusos cometidos varios años atrás. En las denuncias de todos estos casos se ha personado la congregación.

Los maristas implantaron en 2013 en sus escuelas un programa de sensibilización y prevención de abusos a menores. Estas semanas de febrero han tenido que afrontar una tormenta mediática. Dos hermanos maristas que participaron en la elaboración de este protocolo de prevención, y que son los titulares del centro afectado, explican a Vida Nueva cómo lo han gestionado. Pere Ferré (PF) es el vicario provincial de los maristas en Cataluña y Gabriel Villa-Real (GV-R) es el responsable del Equipo de Protección de la Infancia en la misma demarcación.

PREGUNTA.- Se ha acusado a los maristas de guardar silencio y de encubrir casos de abusos…

PERE FERRÉ (PF).- Ha sido un duro golpe. De tristeza y dolor. Nuestra misión está con los niños y los jóvenes y ha habido sufrimiento, a pesar de haber hecho lo que creíamos que teníamos que hacer en cada momento. Pero hablando con los padres y los profesores, hemos visto que continúan confiando en el proyecto y que podemos salir fortalecidos mirando al futuro. Es una experiencia dolorosa que, al mismo tiempo, nos hace actuar con más convencimiento.

GABRIEL VILLA-REAL (GV-R).- A pesar de toda la presión mediática que ha habido, lo primero que había que hacer era explicar a las personas del colegio cómo se habían hecho las cosas, y nuestra claridad y determinación sobre cómo se debe tratar el tema de los abusos sexuales. Es lo que hemos hecho con los profesores, las asociaciones de padres y madres y en las reuniones con los padres. Encubrimiento es una palabra muy fuerte porque la primera denuncia en 2011 a la fiscalía es la que hicimos nosotros.

P.- La Santa Sede ha dado instrucciones muy precisas y claras sobre el tratamiento de los casos de abusos sexuales. ¿Los maristas las están cumpliendo?

GV-R.- Nosotros estamos formando e informando a la comunidad educativa con un principio muy claro: ante un caso de abuso no podemos mirar hacia otro lado. Y lo que transmitimos es eso. Máxima transparencia y máxima colaboración. Es lo que el Papa llama tolerancia cero.

P.- ¿Podría hacer más la Iglesia para afrontar el tema de los abusos?

PF.- Existe la conciencia de lo escandalosos que son los abusos. Que no se pueden permitir ni tolerar. Otra cosa es si falta tomar más conciencia en la necesidad de poner más medios para ayudar a romper el silencio. Y otra cosa es cuándo hay una situación concreta y cómo afrontar un tema para el que no te han preparado nunca o que crees que te supera. Aún tenemos miedo. Nos queda recorrido para poder hablar abiertamente de los abusos. Nos falta el hábito de hablar y la formación. Es lo que estos días nos pedían los padres.

Artículo íntegro solo para suscriptores

En el nº 2.977 de Vida Nueva

 

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