Turismo (con)sagrado: el ejemplo de San Millán de la Cogolla y Sevilla

La Unesco invita a los monasterios de Yuso y Suso y la catedral hispalense a exponer su modelo de gestión

monasterio-suso-G

Monasterio de Suso (La Rioja)

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Los monasterios de Yuso y Suso –en San Millán de la Cogolla (La Rioja)– y la catedral de Sevilla son los dos grandes ejemplos de la integración y sostenibilidad entre turismo y vida religiosa en España. Y modelos de gestión a imitar internacionalmente. Así lo ve la Unesco. Los cenobios emilianenses y el templo sevillano son los únicos bienes Patrimonio de la Humanidad españoles que la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha convocado para que expliquen las fórmulas de su éxito en el denominado primer encuentro consultivo temático de expertos de gestión sostenible de bienes Patrimonio Mundial de interés religioso, que se celebrará en París entre el 16 y 19 de febrero.

“Agradecemos esta distinción en nombre de quienes dieron testimonio de apertura a los valores humanos y cristianos puestos al servicio de la humanidad”, afirma a Vida Nueva el prior del monasterio de Yuso, Pedro Merino. “Que la Unesco destaque este modelo de integración de valores culturales y religiosos –añade–, implica el reconocimiento de una labor callada y fecunda de los monjes en su día y, en definitiva de la Iglesia, que hoy está presente en el monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla a través de los agustinos recoletos, que nos esmeramos en conservar y mejorar el legado de cultura y expresión de fe recibido de nuestros predecesores”.

Catedral-de-Sevilla-G

Catedral de Sevilla

Teodoro León, vicario general de la Archidiócesis de Sevilla y deán de su catedral, muestra también su satisfacción ante la demostración de que, en palabras del arzobispo Juan José Asenjo, “esa tensión entre culto y cultura se está resolviendo satisfactoriamente”. Por ello, manifiesta: “La reflexión es que el equilibrio y la armonía en la gestión de los bienes materiales e inmateriales de los que el Cabildo de la Catedral es depositario es posible, pero para ello se precisa de un sistema de gestión y planificación perfectamente coordinados”.

León remite a las palabras del propio arzobispo de Sevilla como referencia incuestionable: “Respetando siempre su condición, ante todo y sobre todo, de templo, en el que se rinde y se tributa culto a Dios”. El deán explica, además, cómo el modelo de gestión “se resume en un sistema de administración muy básico, del que la Catedral de Sevilla fue pionera entre el resto de las catedrales españolas, basado en la autofinanciación, la colaboración al sostenimiento de la diócesis, al mantenimiento del edificio y del personal”.

Si el vicario general representará en París a la catedral de Sevilla –Patrimonio de la Humanidad desde 1987–, será Almudena Martínez, coordinadora general de la Fundación San Millán de la Cogolla, quien expondrá el modelo de los monasterios de Yuso y, también, Suso, que gestiona la entidad riojana: “Es posible la convivencia de lo espiritual con lo cultural y turístico. Esto es lo que ha pretendido resaltar la Unesco.

San Millán de la Cogolla ha sabido mantener su identidad espiritual y la coexistencia de la diferentes comunidades, de manera muy especial a raíz de la declaración de Patrimonio de la Humanidad en 1997, que supuso un considerable aumento de los turistas y visitantes”. Martínez admite “una gran satisfacción, porque reconoce la labor que realiza la Fundación, que precisamente fue creada para asumir la nueva responsabilidad como Patrimonio de la Humanidad en relación a la conservación y conocimiento de los monasterios de Suso y Yuso, y al estudio y difusión de la lengua española”.

Perfecta sintonía

El prior de Yuso, Pedro Merino, apunta: “El buen entendimiento entre las autoridades civiles y los agustinos recoletos que custodian el monasterio de Yuso, ha hecho posible que lo cultural, lo turístico y lo religioso puedan navegar sin interferencias, en perfecta sintonía”. Merino tiene claro por qué el monasterio de Yuso sirve de ejemplo: “Para nosotros, la designación de la Unesco supone un estímulo para seguir abiertos a un mundo que sigue buscando destellos de luz y de verdad más allá de lo inmediato. Entendemos que el ansia de escapada y bienestar que guía muchos pasos hasta este monasterio puede encontrar una razón para conectarse con quien da razones para entender la vida”.

monasterio-Yuso-G

Monasterio de Yuso (La Rioja)

Los agustinos recoletos están presentes en el cenobio desde 1878, cuando el obispo de Calahorra les cedió el monasterio, abandonado desde la desamortización de Mendizábal. “Entendemos que tenemos que seguir apostando –dice Merino– por una oferta abierta a todos los valores y, entre ellos, expresamente por la dimensión trascendente y religiosa”.

El actual modelo de gestión de la catedral de Sevilla, según Teodoro León, tuvo su referente la exposición Magna Hispalensis: El Universo de una Iglesia, celebrada en 1992. “Fue el punto de partida de una gestión moderna y funcional –describe el presbítero–, permitiendo dotar al edificio de nuevas instalaciones realizadas con carácter definitivo, restaurar piezas y espacios, y aportó a la catedral un nuevo diseño conceptual y museográfico”. Sobre todo, insiste León: “Al finalizar con tanto éxito, puso de manifiesto la necesidad de coordinar y compaginar la naturaleza primigenia del templo destinado al culto católico, concebido con una dimensión pastoral, litúrgica y evangelizadora, con el mantenimiento del inmueble y sus colecciones”.

El vicario general de la archidiócesis hispalense afirma que “la tensión entre lo espiritual y lo turístico se resuelve porque, sin perder la identidad religiosa, a partir de aquel 1992 se insistió en la idea de que los diversos valores que transmite el patrimonio religioso no tienen que ser excluyentes, sino complementarios: la principal es su función pastoral, pero al mismo tiempo hay que mostrar al público el edificio y todo su patrimonio de una manera clara, potenciando su valor histórico y cultural”.

Un movimiento de masas que no perturba la fe

Cultura, patrimonio, turismo son, y así lo quiere hacer ver la Unesco, compatibles con la fe. Pero encontrar el equilibro no es fácil. “La Unesco, desde su ventana universal y neutra –manifiesta el prior Pedro Merino–, apuesta por una oferta amplia, en la que cabe todo lo que aporta algo de verdad, belleza y, a la postre, une a los pueblos. Todo eso forma parte de lo que ofrecemos en San Millán. Nos alegra que un mundo a veces miope por partidismos cuente con organismos como la Unesco, donde prevalece la razón y se reconoce la presencia de la fe, como creadora e integradora de cultura”.

El objetivo del encuentro en París lo explica el deán de la catedral de Sevilla, Teodoro León: “La Unesco hace una selección entre los monumentos que son Patrimonio de la Humanidad y que tienen un uso religioso y organiza este encuentro, inicialmente entre los países europeos del sureste del Mediterráneo, para conocer sus sistemas de gestión, saber con qué problemática se encuentran y, a continuación, llegar a unas conclusiones y recomendaciones”.

El 20% de los bienes inscritos en la lista del Patrimonio Mundial tiene valores religiosos o espirituales. El movimiento de masas que supone su exposición al turismo, según el prior de Yuso, “no inquieta sus creencias. La misión pastoral más compleja se plantea a la hora de ofertar la fe a los visitantes, que, con frecuencia ajenos a la dimensión religiosa, se encuentran con que en el monasterio que visitan casi todo tiene sentido a partir de la vida del eremita san Millán y el círculo de compañeros que vivieron con él en Suso”.

En el nº 2.976 de Vida Nueva

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir