Los niños ayudan a los niños

Fuencisla Sanz. Hija de Jesús (jesuitina). Misionera en Bolivia FUENCISLA SANZ | Hija de Jesús (jesuitina). Misionera en Bolivia

Soy una hermana española, que, con un grupo de jóvenes, llevamos la Infancia y Adolescencia Misionera en nuestro colegio Fe y Alegría de Montero, Bolivia. En vísperas de la Jorrnada de la Infancia Misionera, el 24 de enero, quiero compartir una experiencia muy bonita con los niños que tuvimos en 2015, a raíz del terremoto en Nepal. Queríamos hacer vida las palabras del saludo de los niños misioneros: “De los niños del mundo, siempre amigos”. Y el lema: Los niños ayudan a los niños.

Así que nos pusimos manos a la obra. Vimos en el mapa del mundo dónde estamos nosotros y dónde está Nepal. Dibujamos un mapa de Nepal junto a los dos países gigantes, China e India, y pusimos una foto de un soldado con un bebé en brazos, rescatado con vida ocho días después del terremoto.

Hicimos una campaña en todo el colegio: bazares, rifas, oraciones… Estaban muy motivados y entusiasmados. Después de todo eso, la pregunta era… ¿cómo haremos llegar este dinero a esa gente? Y nos vino una luz… El Papa está en contacto con todo el mundo y es nuestro líder. Él nos iba a visitar en julio. Escribimos una carta a los niños de Nepal con una foto del grupo rezando por ellos y lo pusimos en un sobre con el dinero recaudado, que aumentó al unirse a la campaña nuestros colegios de Potosí y de Santa Cruz.

Después, escribimos una carta al Papa, manifestándole la alegría por su visita a Bolivia y pidiéndole el favor de hacer llegar esa carta y el dinero a nuestros hermanos de Nepal. Esto iba dentro del sobre del Papa. Lo depositamos en el Arzobispado de Santa Cruz unos días antes de su llegada a Bolivia. Nos sentimos muy felices de poder hacer algo por esos niños en quienes veíamos a Jesús.

No es la única vez que lo hicimos. También nos movimos bastante cuando ocurrió el terremoto en Haití y las inundaciones en Filipinas. Para nuestros niños, estas experiencias significan que todos somos hermanos. No importa tanto lo recaudado. Con cinco panes y dos peces, Jesús hizo un gran milagro.

En el nº 2.973 de Vida Nueva

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