Libros

‘Adolescencia: espacio para la fe’


Una obra de María Eugenia Gómez Sierra (PPC) La recensión es de Fernando Cordero, SS.CC.

Adolescencia: espacio para la fe, un libro de María Eugenia Gómez Sierra, PPC

Título: Adolescencia: espacio para la fe. La enseñanza religiosa en Secundaria

Autora: María Eugenia Gómez Sierra

Editorial: PPC

Ciudad: Madrid, 2015

Páginas: 227

FERNANDO CORDERO, SS.CC. | María Eugenia Gómez Sierra (Madrid, 1963) cuenta con una dilatada experiencia en la docencia de la Religión, tanto en Primaria como en Secundaria. Desde 2001 enseña Didáctica en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas ‘San Dámaso’, y en 2007 se convierte en profesora de Didáctica y contenidos teológicos y morales de la enseñanza en la Universidad Complutense de Madrid. En PPC ha publicado Didáctica de la religión (2011) y Religión para pequeños (2013).

Nuestro libro, como indica en el prólogo Avelino Revilla, desarrolla “una respuesta razonable y creíble al reto que el mundo de las religiones dirige a la didáctica, para que, con la ayuda de sus recursos, posibilite el diálogo de la fe con la cultura y la vida”.

El trabajo está dividido en cinco partes, comenzando por el perfil del alumno actual de Secundaria, para pasar al análisis de lo religioso y al mundo adolescente. Encontramos un pormenorizado retrato de los adolescentes actuales y de sus actitudes religiosas, sin pasar por alto la duda y la crisis de identidad.

En el centro del volumen se ubican las características didácticas y curriculares de Secundaria, donde divisa el vacío metodológico existente. Se detiene en el modelo curricular más considerado actualmente: el tecnológico y funcional, en el que la preocupación se centra en cómo enseñar para obtener ciertos resultados. Destaca lo cooperativo en el modelo de enseñanza: “Es posible y enriquecedor encontrar significados conjuntamente entre el alumno y el profesor, de manera que deben trabajar juntos creando conocimiento” (p. 89).

La penúltima parte la dedica a cómo la LOMCE, la nueva ley de educación, ha afectado a la asignatura de Religión. La organización curricular recalca la importancia del cristianismo, manifestando lo esencial de Dios, trinitario y encarnado.

Aunque todo lo precedente es necesario para articular bien la asignatura, me resulta particularmente destacable, como profesor en esta etapa, el final de la obra dedicado a la religión en el trabajo de aula. Ahonda en el significado, estructura, desarrollo de elementos y metodología para la elaboración de la unidad didáctica. Señala cómo se ha generado una amplia producción de nuevos elementos de evaluación, tales como portafolios, rúbricas o plantillas de control.

Las investigaciones y aportes de la autora son una inestimable herramienta de ayuda para que los profesores de Religión continúen con su apasionante misión. En medio de las diversas dificultades manifestadas, todo puede convertirse en trampolín para saltar cada vez más lejos.

En el nº 2.972 de Vida Nueva

Actualizado
15/01/2016 | 00:27
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