Pastor amoroso

Emilia Robles, coordinadora de Proconcil EMILIA ROBLES | Coordinadora de Proconcil

Vallecas, año 73. Mi compromiso en una fábrica y en la JOC me condujeron allí, con 21 años. Primera experiencia de cercanía con un obispo. Alberto Iniesta era para nosotros –laicos o curas, jóvenes o mayores– uno más, un amigo cariñoso, con una responsabilidad especial. No había ningún tema o duda que no pudieras compartir con él, con la seguridad de la acogida, de la cercanía, del tú a tú.

Compartía su experiencia de fe con nosotros, con la gente sencilla, lo mismo que con los obispos amigos. Igual comunicaba los pequeños detalles de la vida cotidiana, si iba a la peluquería o a la farmacia, que sus dolencias, temores o inseguridades.

Valoraba nuestras aportaciones de jóvenes con ganas de “armar lío” en la línea del Evangelio, y contaba con nosotros. Promovía nuestras intervenciones en distintos ámbitos con el mismo respeto y admiración que si estuviera ante teólogos cualificados.

Cuando, tras cuatro años de dudas y discernimiento, decidimos mi pareja y yo decirle que sentíamos una llamada especial hacia el matrimonio y que necesitábamos hacerlo compatible con el ministerio presbiteral, no hubo ningún juicio, ningún reproche. Solo emoción y ternura, compromiso con nuestro recorrido (aunque nuestras opciones concretas pudieran sorprenderle), confianza en que intentábamos ser fieles a nuestras conciencias y al Evangelio, respeto, cariño y buenos consejos que nos siguen sirviendo.

Alberto fue hasta el final de sus días un pastor amoroso y lleno de misericordia. Un hombre del pueblo, con lenguajes sencillos, a quien tuvimos la gracia de poder despedir hace dos meses mi hija menor y yo, cuando fuimos a grabarle una entrevista para los cincuenta años de un arciprestazgo.

Ahora ya el “Amigo invisible” tan cercano y presente en toda su vida, y a quien nos recomendaba, ha ganado Presencia. Alberto: háblale un poquito de esta gente tuya de Vallecas, con quien tanto has querido, y de esta Iglesia a la que representas bien, que recobra ahora la fuerza de su origen con el papa Francisco.

En el nº 2.971 de Vida Nueva

 

ESPECIAL ALBERTO INIESTA:

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