Hermano Alois: “Cuando la Iglesia vive solo para salvaguardarse, los jóvenes le dan la espalda”

El prior de Taizé conversa con ‘Vida Nueva’ durante el Encuentro de esta Navidad en Valencia

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El Hermano Alois acompañado por niños, durante el encuentro que tuvo lugar en Valencia

J. R. NAVARRO PAREJA (VALENCIA) | El hermano Alois Löser (Nördlingen, Alemania, 1954) nos recibe el último día del año en una modesta estancia del antiguo convento de los franciscanos de Valencia, en el que la comunidad de Taizé ha instalado en las últimos meses un improvisado cuartel general desde el que coordinar la “peregrinación de confianza” que ha organizado en la ciudad. Es cercano y humilde, como el mobiliario del lugar que acoge.

El hermano Alois ha llegado unos días antes a Valencia, proveniente de Homs, en Siria, donde ha pasado la Navidad “acompañando a aquellos que están sufriendo por la violencia entre las ruinas”. Allí se ha encontrado a unos jóvenes distintos a los de Europa, “unos jóvenes que no tienen esperanza”. Y explica que “van a la Iglesia por tradición, y allí, cuando se lee el Evangelio es como si esa tradición les devolviera la esperanza. Es una situación al contrario de la nuestra, y por eso quise que mis primeras palabras a los reunidos en Valencia fueran para transmitirles un mensaje de los jóvenes sirios”, añade.

Los jóvenes siempre han sido una prioridad para Taizé. Como aquellos a los que Juan Pablo lI llamó, ya hace décadas, “la esperanza de la Iglesia”. Sin embargo, aquellos jóvenes hoy son adultos, y la esperanza de una Iglesia diferente que parecía vislumbrarse en aquellas palabras se ha difuminado. La pregunta, en este sentido, a Alois es doble: ¿qué hemos hecho mal para que no se materializara esa esperanza? ¿Y cómo conseguir que esos miles de jóvenes que se han reunido en Valencia sí sean esperanza para la Iglesia? “Vivimos un momento donde muchas cosas están cambiando en la Iglesia”, reconoce.

“Y debemos darnos cuenta de que la Iglesia no existe para ella misma. Los jóvenes son muy sensibles a eso”. Por esa razón, “cuando la Iglesia vive solo para salvaguardase, entonces los jóvenes le dan la espalda. Pero cuando la Iglesia está ahí para todos, sobre todo para los pobres, ahí está la actualidad del Evangelio”.

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En el nº 2.971 de Vida Nueva

 

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