Betania, un hogar para los sin techo en Guadalajara

Este proyecto de la Cáritas diocesana ha proporcionado en 2015 casi 40.000 servicios

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Centro de Atención Residencial Betania de Guadalajara, gestionado por Cáritas

MIGUEL ÁNGEL MORENO | Forman parte de la realidad invisibilizada, más allá de las crisis económicas. Según la Encuesta sobre Personas sin Hogar del Instituto Nacional de Estadística, esta situación atrapaba a 23.000 personas en nuestro país en el año 2012. Cáritas amplía la cifra hasta las 30.000 personas, citando datos de 2014 de la Federación de Entidades de Apoyo a las Personas Sin Hogar. Uno de los lugares a través de los que Cáritas se hace presente en la realidad de las personas sin techo es el Centro de Atención Residencial Betania de Guadalajara.

Desde su sede, se articula un programa de atención en la calle y un servicio de plazas de alojamiento residencial y de emergencia. Se trata del único recurso de alojamiento para personas sin hogar que existe en la capital alcarreña, aunque cuenta con ayudas del Ayuntamiento. Disponen de unas 35 plazas, de las cuales diez son de emergencia, en las que se puede estar entre siete días y tres meses, y 25 de tipo residencial, en las que la estancia puede llegar a los 18 meses, con unas condiciones específicas y un proceso de intervención social.

“Atendemos a personas en situación de calle, no a gente que tiene casa pero ejerce la mendicidad. En esos casos, avisamos a servicios sociales o intentamos dirigirlos hacia otros recursos”, explica Miriam Montón, responsable del programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Guadalajara. Entre 2010 y 2014 atendieron a 2.244 personas y, en el último año, dieron más de 39.500 servicios, entre desayunos, comidas, cenas y pernoctas.

“El proyecto con personas en la calle lleva siete años en marcha, aunque lo hemos modificado para ir de un modelo de albergue hacia uno de tratamiento y residencia. Nos dimos cuenta que hacía falta un paso más”, agrega Miriam. De un sistema de varios centros con distintos niveles, decidieron optar por un solo lugar y apostar más por la intervención social.

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En el nº 2.971 de Vida Nueva

 

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