’45 años’: ¿y después del amor, qué?

'45 años',  fotograma de la película

J. L. CELADA | El cine nos ha contado una y mil veces esas historias de parejas que, presas de un súbito flechazo, apenas necesitan 48 horas para jurarse amor eterno. Pero, ¿y si ocurre lo contrario? ¿Habrá matrimonios que, en solo una semana, den al traste con más de cuatro décadas de vida en común? Andrew Haigh tiene la respuesta. O no. Los protagonistas de su último trabajo llevan 45 años casados y se disponen a celebrarlo como corresponde. Es lunes. Su plácida cotidianidad discurre ajena a relojes y calendarios. Sin embargo, cuando el sábado tenga lugar la esperada fiesta de aniversario, ya nada volverá a ser como antes.

Sin prisas, con el respeto y sutileza que merecen los tsunamis emocionales, el director británico nos invita a compartir con este par de septuagenarios (Tom Courtenay y una Charlotte Rampling dueña y señora de la pantalla, que pide a gritos el óscar) un momento decisivo en el otoño de sus vidas. La llegada de una carta, portadora de un inesperado hallazgo, será el detonante de cuanto suceda a continuación. Ese “día raro” constituye la antesala de los recelos, dudas e incómodos silencios que vienen a instalarse en el hogar.

Por la grieta abierta en ese glaciar a prueba de estaciones, se van colando los recuerdos de un tiempo en el que aquellos jóvenes valientes y despreocupados teorizaban con pasión sobre el futuro. Ahora, sin embargo, la decrepitud llama a la puerta con su peor cara: la pérdida de un propósito vital. Mientras, en el desván de la memoria se amontonan los recuerdos… y los secretos. Algunos tan pesados de sobrellevar que invitan a disfrazar de una peligrosa nostalgia del pasado las decepciones del presente.

Decisiones y sentimientos largamente reprimidos salen a la luz frente a la cámara de Haigh sin aspavientos ni grandes traumas, con la naturalidad de quienes tratan de no perder la calma –y la confianza en el otro– aunque su relación amenace ruina. Todo ello soportado por una narración con alma, delicada y contenida, pero atravesada por el poso de amargura que siembran ciertas inquietudes (cómo identificar el verdadero amor) y temores (¿habré sido suficiente para la persona amada?). Mucho más, si cabe, cuando se alcanza la edad madura. Al menos, la que determina la partida de nacimiento, porque el corazón humano nunca acaba de abandonar la adolescencia.

Camino de sus bodas de oro, nuestro matrimonio parece preguntarse: ¿y después del amor, qué? ¿La rutina?, ¿la seguridad?, ¿la soledad acompañada?… No dejen pasar 45 años para contestarse. Esta reveladora y honesta película nos sugiere lo contrario.

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: 45 years.

DIRECCIÓN: Andrew Haigh.

GUIÓN: Andrew Haigh y David Constantine, sobre un relato de este último.

FOTOGRAFÍA: Lol Crawley.

PRODUCCIÓN: Tristan Goligher.

INTÉRPRETES: Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells, David Sibley, Sam Alexander, Richard Cunningham, Rufus Wright, Michelle Finch, Hanna Chalmers, Camille Ucan.

En el nº 2.970 de Vida Nueva

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