Los obispos argentinos dan la bienvenida al presidente Macri

“Los mesianismos siempre terminan mal”, advierten, a la vez que le piden diálogo y equidad

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El presidente Macri saluda al rabino Abraham Skorka en una ceremonia interreligiosa en la catedral metropolitana de Buenos Aires, el día 11, presidida por el cardenal Poli

Los obispos argentinos dan la bienvenida al presidente Macri [extracto]

NICOLÁS MIRABET (BUENOS AIRES) | Tras ganar el 22 de noviembre la elección en segunda vuelta (superó en 2,8 puntos al candidato oficialista Daniel Scioli), el pasado jueves 10 de diciembre, el ingeniero civil Mauricio Macri, a los 56 año de edad, asumió su cargo como presidente de la República Argentina. Fue una ceremonia protocolaria sencilla, pero rara. Quien le entregó la banda y el bastón de mando no fue Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta saliente, sino Federico Pinedo, presidente provisional del Senado.

Ante el rumor de posibles nombramientos desmedidos de empleados públicos, así como la intención de un Decreto de Necesidad y Urgencia por parte de la presidenta saliente, Cambiemos, la agrupación de Macri, pidió una medida cautelar para que el mandato de Fernández venciera a última hora del miércoles 9. El pedido fue aceptado por la Justicia electoral; de ahí ese medio día de Pinedo en ejercicio del poder ejecutivo.

Fiel a su estilo de gestión, de poco diálogo y de fuerte confrontación con la oposición, la ex presidenta nunca aceptó que Macri haya superado a su agrupación política, Frente para la Victoria, en la elección presidencial, especialmente por considerarlo opuesto a la política nacional y popular que, durante 12 años, primero Néstor Kirchner y luego la propia Cristina Fernández han manifestado realizar. Si bien, muchos militantes del Partido Justicialista –los más fieles a las ideas de Perón– dicen que la ex presidenta no ha apoyado a su candidato porque planea volver a liderar el país cuando, siempre según sus supuestas aspiraciones, Macri fracase.

En el Episcopado argentino, la opinión sobre quién sería el nuevo presidente de Argentina estaba bastante dividida durante los días previos a la segunda vuelta electoral. En medio de las disputas entre la presidenta saliente y el electo, los obispos, en su mayoría, han pedido que se cultive el diálogo y que se ponga atención en las necesidades de la gente. Uno de los primeros en hablar fue el obispo de San Francisco (Córdoba), Sergio Buenanueva. El prelado se manifestó así: “Mauricio Macri es el nuevo presidente de Argentina. Es solo eso: un ciudadano que ha sido elegido para la primera magistratura del país. No es un mesías. Los mesianismos políticos siempre terminan mal. Lo sabemos por dura experiencia”.

A una semana de la asunción presidencial, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) visitó al nuevo presidente. Al mediodía del jueves 17, fueron recibidos en la Casa Rosada por Mauricio Macri José María Arancedo, presidente de la CEA; Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, y Mario Cargnello, vicepresidentes primero y segundo, respectivamente; y Carlos Malfa, secretario ejecutivo.

Se trató de una “visita cordial por el inicio de la gestión”, en donde los obispos “llevaron al presidente un mensaje kerigmático y el saludo esperanzador de la Navidad”, aseguraron en el Episcopado a través de un comunicado. Los obispos le entregaron a Macri una imagen de la Sagrada Familia, un tríptico de Jesús con la Oración por la Patria, y dos documentos de la CEA: No al narcotráfico, sí a la vida plena, presentado recientemente, y Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016).

Si bien todos los prelados están muy pendientes de los avances en el Gobierno, parece percibirse que la Iglesia tiene expectativas en la gestión del nuevo presidente.

En el nº 2.969 de Vida Nueva

 

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