No hay quien desahucie el belenismo

Frente a las decisiones de algunos ayuntamientos, los nacimientos son una tradición “universal e integradora”

figuras de un belén

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La celebración de la Navidad en Madrid concebida por el nuevo equipo de gobierno municipal de Manuela Carmena –constituido por la plataforma ciudadana Ahora Madrid– ha generado polémica ante la supresión del tradicional belén de la Plaza Mayor, junto con la mínima superficie dedicada al nacimiento en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento. El belén de treinta figuras del artista José Luis Mayo se ha instalado en un espacio de 2,8 x 2,8 metros.

Irremediablemente surge la comparación con los montados por el gobierno de Ana Botella: el belén napolitano de García de Castro, el de Salzillo –el más importante del Barroco, catalogado como Patrimonio Cultural Nacional– o aquel del Duque de Cardona, que rondaban las 300 figuras y los 50 metros cuadrados. Aunque el Ayuntamiento de Madrid ha instalado, al final, otros tres belenes: en la Casa de la Villa –donde ha trasladado el “belén municipal”, también autoría de José Luis Mayo, con 200 figuras que últimamente se colocaban en la Plaza de Colón–, en el Museo de los Orígenes y en el Museo de Historia.

Estas decisiones institucionales que quieren o intentan huir de manifestaciones religiosas en el espacio público han topado con una tradición muy arraigada: “Es un error político que, además, trunca una tradición que es propia, que se fundamenta en una manifestación artística extraordinaria, que de llevarse a cabo en sus últimas consecuencias, violentaría la voluntad de millones de españoles”, explica Antonio Basanta, propietario, junto a su mujer, de la mayor colección privada de belenes en el mundo: la colección Basanta-Martín.

Madrid no ha sido la única ciudad, ni mucho menos, donde el belén ha sufrido un retroceso en una Navidad que, cada vez más, pretende evitar representaciones católicas. Ha sido el caso, por ejemplo, de Alicante, donde el equipo de gobierno del tripartito PSPV-PSOE, Guanyar Alacant y Compromís ha eliminado el belén municipal, trasladado el de la Montañeta a la plaza de Calvo Sotelo y suprimido los carteros reales.

“Lo que se está produciendo es una torpeza, una manifestación de falta de cultura y, por otra parte, una hostilidad que no se sostiene en ninguna razón lógica”, reflexiona Basanta. “El belén no es un elemento excluyente, es un elemento integrador –afirma a Vida Nueva–, como no es un elemento excluyente el cristianismo”.

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En el nº 2.968 de Vida Nueva

 

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