Gustavo Entrala: “A cualquier pueblo que vayas, siempre encontrarás una capilla y un cartel de Coca-Cola”

Publicista e ideólogo de @Pontifex

“En todo el mundo hay dos marcas que son las más famosas: Coca Cola y la Iglesia Católica”. Así define la realidad del mercado en Occidente el publicista Gustavo Entrala, director de la agencia de comunicación española 101 e ideólogo de @pontifex, la cuenta de Twitter del Papa.

“A cualquier pueblo que vayas, siempre encontrarás una capilla y un cartel de Coca Cola”, afirma para justificar su alocución inicial.

gustavo-entrala copiaLuego de explicar que a su renuncia, Benedicto XVI tenía tres millones de seguidores en Twitter (en nueve idiomas) y que Francisco ya tiene 23,4 millones de seguidores, sostiene convencido de que el éxito de las grandes empresas radica –entre otras cosas– en que “están atentos a la detección de problemas, tienen un equipo para gestionar las crisis y poseen un proyecto de comunicación bien definido y claro”.

¿Cómo hizo en 2012 para convencer al Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS) de que el Papa tenía que estar en Twitter?

Nosotros sabíamos que el papa Benedicto XVI inició su pontificado queriendo recuperar algunos símbolos del papado cuyo uso había sido abandonado. Leyendo sus encíclicas también se adivinaba a un Papa que deseaba fundamentar sus reflexiones en el Magisterio de la Iglesia a través de lo declarado por sus antecesores. Por eso, le hicimos la propuesta al PCCS. Pero cuando obtuvimos la tercera negativa a nuestra idea de iniciar la cuenta de Twitter del Papa, nos pusimos a pensar: ¿existe algún precedente de un Papa lanzando un mensaje a través de tecnologías de comunicación novedosas en su época? Al comentarle este interrogante a un amigo sacerdote, me sugirió que revisara los archivos del Vaticano para ver qué pasó durante el lanzamiento de Radio Vaticana.

Acudimos al archivo de L’Osservatore Romano para leer la crónica de aquel lanzamiento ocurrido en marzo de 1931 y, para nuestra sorpresa, descubrimos que Pío XI había inaugurado la emisora junto a Guglielmo Marconi, inventor de la radio y una persona muy creyente. Además de emitir un discurso del Papa de 5 minutos ¡en latín! el Santo Padre había enviado un mensaje en Morse. En aquella emisión radial, los católicos del mundo tuvieron la oportunidad de escuchar la voz del Papa por primera vez en la historia.

¿Y qué hicieron con ese hallazgo histórico?

Como ese era el precedente que necesitábamos para convencer al Papa –un mensaje corto enviado a través de una tecnología nueva que entonces prometía que terminaría siendo un lenguaje universal– inmediatamente escribimos al Vaticano. A los 10 minutos nos llegó un mensaje de la Secretaría de Estado en el que nos decían que el Papa había conocido el dato y había decidido enviar su primer tuit.

Usted sostiene que las dos marcas más famosas del mundo son Coca Cola y la Iglesia Católica. Sin embargo, la Iglesia no tiene la misma capacidad que Coca Cola para “vender” su producto. ¿Qué consejos le daría a la Iglesia?

Es una pregunta difícil que está todos los días en la mente del Papa y de todos los líderes católicos: ¿por qué la sociedad contemporánea no encuentra en nuestras iglesias la seguridad, la conexión humana, la contemplación de la belleza y la alegría que ofrece, en teoría, la práctica de la fe? ¿Qué es lo que hace que la práctica religiosa no les aporte valor para lo que hacen durante el resto de la semana? ¿Qué deberíamos hacer para que la gente venga a las iglesias, no porque debe hacerlo, sino porque quiere hacerlo?

Son preguntas que no tienen una respuesta fácil. Pero hay determinados fenómenos que nos podrían ayudar a encontrar respuestas, como por ejemplo:

– La energía que se palpa en cada viaje del papa Francisco o en sus audiencias de los miércoles en San Pedro. Cómo el número de asistentes se ha duplicado durante el pontificado de Francisco.

– La vitalidad de las iglesias evangelistas en Latinoamérica. En un viaje reciente a Brasil tuve contacto directo con jóvenes de una de estas sectas. Vinieron a interesarse por el trabajo que estaba haciendo el Vaticano en las redes sociales. Me quedé tremendamente impresionado con su entusiasmo, el grado de creatividad de sus iniciativas… Hablaban de Cristo con una fuerza que yo no he visto en jóvenes católicos.

– El sentimiento de comunidad que existe en la parroquia de San Carlos Borromeo en Harlem. Es una iglesia con corales de música Gospel de primer nivel. Siempre que voy a Nueva York me gusta ir a misa allí porque los voluntarios y el equipo de sacerdotes te hacen sentir como en tu casa, aunque vengas desde cinco mil kilómetros de distancia. Esa parroquia es una auténtica familia.

Una vez escuché a un cardenal decir que “los cristianos tenemos el mejor producto, pero no sabemos venderlo”. ¿Qué opina?

Es cierto, es completamente cierto. En parte porque el producto te exige; esto podría entenderse con una analogía: a todo el mundo le gustaría mucho adelgazar pero no son muchos los que se mantienen fieles a las dietas. Pero eso no es obstáculo para que la Iglesia se esfuerce más por comunicar mejor y por hacer más creíble su mensaje.


La Iglesia, una multinacional

Desde el punto de vista de “la imagen”, ¿cree que alguna vez la Iglesia podrá estar a la altura de cualquier multinacional?

Como profesional de la comunicación no le pediría a la Iglesia que haga lo mismo que hacen Coca Cola, Nike, Disney y otras grandes marcas. Pero sí le pido que adopte estrategias, herramientas y personas que entiendan la comunicación de una forma profesional. El mundo actual, muy sensible a la imagen, lo requiere.

¿Cuáles son las acciones que la Iglesia debería realizar para atraer más a la juventud? ¿Alcanza con estar en las redes sociales?

Las Jornadas Mundiales de la Juventud son una idea de Juan Pablo II absolutamente genial. Sus resultados están a la vista, porque a la gente joven le gusta conectar con personas de su edad que disfrutan de la experiencia de la fe y lo comunican en un lenguaje que ellos entienden. En el caso de la JMJ, la Iglesia hace un uso positivo de lo que los americanos llaman peer pressure: el arrastre de otros que te lleva a tomar decisiones.

Por ahí se ha abierto un camino interesante. El joven de hoy es en cierta medida como el joven de toda la historia: tiene el corazón despierto, forja ideales y está dispuesto a ser retado.

¿Qué aporta la figura de una Papa como Francisco a la Iglesia?

Para mí, el papa Francisco es un milagro del Espíritu Santo. Por la fe y por mis conocimientos de historia de la Iglesia, aunque sean a nivel amateur, sé que cada Papa elegido por el Espíritu Santo es la persona adecuada para el momento histórico en el que llega.

El papa Francisco es la persona adecuada al momento histórico que vivimos: está logrando que la sociedad gire de nuevo la cabeza a una institución a la que había dado la espalda después de los escándalos de los últimos 10 años.

NICOLÁS MIRABET

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