El Concilio Vaticano II y el signo de los tiempos

En el 50º aniversario de su clausura, ¿qué se ha ganado y qué se ha perdido?

portada Pliego El Concilio Vaticano II y el signo de los tiempos 2967 diciembre 2015

JUAN MARÍA LABOA, sacerdote e historiador | Transcurridos 50 años de posconcilio, podemos vislumbrar con claridad las consecuencias de la confrontación intraeclesial entre tradición y progreso y, en estos años del pontificado del papa Francisco, contemplamos cómo los valores del Concilio van clarificándose y la conciencia eclesial termina por asumirlos con creciente naturalidad. Gran parte de los cristianos hemos vivido el Concilio y su, a veces, traumática recepción, no ciertamente como un proceso de ruptura o discontinuidad con el Evangelio y la Tradición, sino como una purificación de tantos añadidos, interpretaciones e incrustaciones propias de la mentalidad medieval, postridentina y del siglo XIX, con el fin de enunciar la fe antigua con un lenguaje inteligible para la humanidad contemporánea.

(…)

Nunca en la historia ha sido posible conocer tan en directo los momentos de inflexión y renovación de una institución, contemplar una evolución en la que se definen con nitidez sus preocupaciones, propuestas y análisis, la situación de sus miembros y sus divergencias, tal como ha sucedido en la Iglesia católica.

Estos 50 años han resultado, en muchos sentidos, dramáticos para la Iglesia, pero en otros muchos, tras un cambio espectacular que no se puede desconocer, llenos de riqueza y de gracia.

Juan Pablo II se consideró parte del Concilio, pero lo reinterpretó a ratos sin complejos. Benedicto XVI, valiente teólogo conciliar, mantuvo un contencioso peculiar hasta el mismo día de su renuncia; y Francisco, siendo el primer papa que no ha tenido relación directa con el Vaticano II, se refiere a él con frecuencia, con veneración y como punto de referencia. ¿Qué hemos ganado o perdido en esta Iglesia nuestra tras la mayor y más conocida Asamblea conciliar de la historia?

¿Qué se ha ganado?

  • 1. Una nueva conciencia eclesial.
  • 2. Un concilio de la Iglesia sobre la Iglesia, que proclama que ella no es el centro de la fe, sino Cristo, y que ella está en camino, peregrina.
  • 3. A lo largo del siglo XX va transformándose la sensibilidad de la Iglesia por los pobres.
  • 4. Problemática misionera. Las misiones constituyen en la vida eclesial preocupación y vocación.
  • 5. La voluntad de reconciliación con otras Iglesias cristianas y de apertura a otras religiones.
  • 6. La renovación litúrgica es tal vez el resultado del Concilio más conocido por todos.
  • 7. La convicción de que, en el mundo de la experiencia religiosa y en la práctica eclesial, existen temas trascendentales, otros importantes y muchos prescindibles en función de las circunstancias.
  • 8. Con el concepto de colegio episcopal se abre una gran puerta a la sinodalidad; y con el de Pueblo de Dios, a su democratización.
  • 9. Las asambleas plenarias latinoamericanas de Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).

¿Qué ha quedado por el camino?

  • 1. La remodelación del ministerio petrino.
  • 2. Persiste un clericalismo abrumador, en una Iglesia en la que el número de clérigos y religiosas disminuye estrepitosamente.
  • 3. La llamada universal a la santidad es el elemento fundamental e identificador de todos los cristianos, mientras que ahora predomina una eclesiología jurídica.
  • 4. La moral sexual y el matrimonio.

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