El Papa cierra su gira por África animando a “mirar al futuro” del continente

“Sean artífices de la renovación humana y espiritual”, ha pedido a los cristianos de República Centroafricana

Francisco, durante su homilía en el Estadio del Complejo deportivo Barthélémy Boganda

Francisco, durante su homilía en el Estadio del Complejo deportivo Barthélémy Boganda

M.PÉREZ | Sólo han sido 33 las horas que el papa Francisco ha pasado en República Centroafricana. Las 33 horas más complicadas, debido al conflicto armado que sufre el país; pero también las 33 horas más fecundas de todo su viaje a África. Y es que en su última jornada en el continente africano, el pontífice se ha reunido con representantes de la comunidad musulmana para recordarles que cristianos y musulmanes son “hermanos”, y ha oficiado una multitudinaria misa en el Estadio del Complejo deportivo Barthélémy Boganda, donde, ante la atenta mirada de miles de fieles, ha animado a mirar al futuro “con renovado espíritu misionero”.

Nada más pisar República Centroafricana, Francisco anunciaba que llegaba al país como “peregrino de la paz y apóstol de la esperanza”. Hoy, lunes 30 de noviembre, última jornada de la visita papal a África, sus palabras de aliento resuenan en todo el continente. “En tiempos difíciles, cuando abundan las pruebas y los sufrimientos, cuando el futuro es incierto y nos sentimos cansados, es bueno reunirse alrededor del Señor, como hacemos hoy, para gozar de su presencia, de su vida nueva y de la salvación que nos propone, como esa otra orilla hacia la que debemos dirigirnos”, ha clamado Francisco en la multitudinaria misa de despedida que ha oficiado en el Estadio del Complejo deportivo Barthélémy Boganda.

La otra orilla es, sin duda, la vida eterna, el Cielo que nos espera. Esta mirada tendida hacia el mundo futuro ha fortalecido siempre el ánimo de los cristianos, de los más pobres, de los más pequeños, en su peregrinación terrena. La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor”.

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Francisco durante la consagración, en la misa oficiada en el Estadio Barthélémy Boganda

Ante la atenta mirada de miles de fieles centroafricanos, Francisco ha dado gracias al Señor “por la fuerza que nos comunica en nuestra vida diaria, cuando experimentamos el sufrimiento físico o moral, la pena, el luto; por los gestos de solidaridad y de generosidad que nos ayuda a realizar; por las alegrías y el amor que hace resplandecer en nuestras familias, en nuestras comunidades, a pesar de la miseria, la violencia que, a veces, nos rodea o del miedo al futuro; por el deseo que pone en nuestras almas de querer tejer lazos de amistad, de dialogar con el que es diferente, de perdonar al que nos ha hecho daño, de comprometernos a construir una sociedad más justa”.

Por ello y con “renovado espíritu misionero”, el Papa ha animado a toda la comunidad católica en África a “pasar a la otra orilla”, a “decidirse con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su país, a lanzarse hacia nuevos horizontes, a ir mar adentro, a aguas profundas”.

Cristianos de Centroáfrica, cada uno de ustedes está llamado a ser, con la perseverancia de su fe y de su compromiso misionero, artífice de la renovación humana y espiritual de su país”, ha concluido Bergoglio, mientras un sonoro aplauso resonada en todo el Estadio Barthélémy Boganda.

“Cristianos y musulmanes somos hermanos”

A primera hora de la mañana, Francisco mantuvo un encuentro con representantes de la comunidad musulmana en la mezquita central de Koudoukou, en Bangui. En él, el Papa no ha dudado en recordares que cristianos y musulmanes que son “hermanos” y pedirles que detengan la violencia en República Centroafricana, país en un conflicto étnico-religioso que ha costado la vida de miles de personas en los últimos dos años.

“Cristianos, musulmanes y seguidores de las religiones tradicionales, han vivido juntos pacíficamente durante muchos años. Tenemos que permanecer unidos para que cese toda acción que, venga de donde venga, desfigura el Rostro de Dios y, en el fondo, tiene como objetivo la defensa a ultranza de intereses particulares, en perjuicio del bien común”, ha expresado.

También ha agradecido a las autoridades religiosas cristianas y musulmanes “estar a la altura de los desafíos del momento”: “Han desempeñado un papel importante para restablecer la armonía y la fraternidad entre todos. Quisiera expresarles mi gratitud y mi estima”.

Finalmente, ha animado a los líderes musulmanes a “trabajar para que su país sea una casa acogedora para todos sus hijos, sin distinción de etnia, adscripción política o confesión religiosa”, y a “rezar y trabajar en favor de la reconciliación, la fraternidad y la solidaridad entre todos, teniendo presente a las personas que más han sufrido por estos sucesos”.

Francisco vuelve a casa

Está previsto que a mediodía el Papa se despida del continente africano en el aeropuerto internacional M’Poko de Bangui, República Centroafricana. Allí, tomará su habitual Airbus A330-200 de la compañía italiana Alitalia, que le llevará de vuelta a Roma, donde, si todo marcha según lo establecido, aterrizará a las 18:45 horas.

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