Francisco llega a República Centroafricana “como peregrino de la paz y apóstol de la esperanza”

Comienza la tercera y más complicada etapa del viaje papal a África

El cansancio de Francisco, visible tras cinco días de viaje por África

El cansancio de Francisco, visible tras cinco días de viaje por África

M.PÉREZ | Francisco ya ha llegado a República Centroafricana, tercera y última etapa de su primer viaje a África; además de la más peligrosa, debido a la inestabilidad que sufre el país, que celebra elecciones presidenciales dentro de un mes. Si bien son solo 33 las horas que el pontífice pasará en el país, serán 33 horas muy especiales: esta tarde en Bangui inaugurará de manera extraordinaria el Jubileo de la Misericordia.

Durante su estancia en República Centroafricana, Bergoglio contará con la protección especial de los cascos azules y de las tropas francesas desplegadas en el país desde finales de 2013.

El Arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el imán de la mezquita central, Tidjani Moussa Nahibi, han pedido “mantener la seguridad y acoger al Papa con tranquilidad”.

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Peregrino de la paz y apóstol de la esperanza

Tras la visita de cortesía a la presidenta del Gobierno de transición, Catherine Samba-Panza, Francisco ha mantenido un encuentro con miembros de la clase dirigente y del cuerpo diplomático para analizar la situación del país.

En él, el Papa ha afirmado sentirse “lleno de alegría” por encontrarse en el país. “Vengo como peregrino de la paz, y me presento como apóstol de la esperanza”, ha clamado. “Por este motivo, felicito a las diversas autoridades nacionales e internacionales, con la Jefa del Estado de Transición a la cabeza, por los esfuerzos que han realizado para dirigir el país en esta etapa”.

Tomando el lema de la República Centroafricana (“Unidad – Dignidad – Trabajo”) como hilo conductor de su discurso, Bergoglio ha señalado que estas tres palabras “cargadas de significado, representan más una obra por hacer que un programa acabado, una tarea que llevar a cabo sin cesar”.

“La unidad es un valor fundamental para la armonía de los pueblos. Se ha de vivir y construir teniendo en cuenta la maravillosa diversidad del mundo circundante, evitando la tentación de tener miedo de los demás, del que no nos es familiar, del que no pertenece a nuestro grupo étnico, a nuestras opciones políticas o a nuestra religión”.

“La dignidad es un valor moral, sinónimo de honestidad, lealtad, bondad y honor, que caracteriza a los hombres y mujeres conscientes de sus derechos y de sus deberes, y que lleva al respeto mutuo. Cada persona tiene una dignidad”.

A través del trabajo ustedes pueden mejorar la vida de sus familias. Su país se encuentra en una zona que, debido a su excepcional riqueza en biodiversidad, está considerada como uno de los dos pulmones de la humanidad. En este sentido, y remitiéndome a la Encíclica Laudato si’, me gustaría llamar la atención de todos acerca de la grave responsabilidad que les corresponde en la explotación de los recursos medioambientales, en las opciones y proyectos de desarrollo, que de una u otra manera afectan a todo el planeta”.

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