“No podemos ser meros espectadores espectadores ante los acontecimientos políticos”
De izquierda a derecha: Antonio González Terol (alcalde de Boadilla del Monte), Víctor Arribas (periodista), Begoña Villacís (Ciudadanos) y Alberto Sotillos (Decide en Común)
MARÍA PÉREZ | El campus de Montepríncipe de la Universidad San Pablo CEU acogió la XVII edición del Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y celebrado del 13 al 15 de noviembre.
Bajo el lema ‘Construir la democracia: responsabilidad y bien común’, empresarios, políticos, periodistas se dieron cita en Madrid con el objetivo de profundizar en el compromiso de los católicos en la regeneración moral de la sociedad, a la luz del Evangelio. En la apertura del congreso, el presidente de la ACdP, Carlos Romero, acompañado por el director del Congreso, Rafael Ortega, manifestó que “los católicos tenemos que demostrar que somos capaces de dialogar, sin escondernos”.
El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quien intervino en la jornada posterior a los atentados de París, afirmó que “quien mata no cree en Dios, aunque así lo diga”.
Por su parte, el director de La Razón, Francisco Marhuenda, hizo referencia al actual debate constitucional preguntándose “¿cómo se puede reformar la Constitución sin consenso? Eso sería volver al siglo XIX o a 1931, cuando una parte de España imponía su voluntad a la otra”. El locutor de COPE Carlos Herrera fue el encargado de clausurar el Congreso, recalcando que “la demagogia y la corrupción son los grandes enemigos de la política”.
Derecho y deber
Entre los ponentes, destacados comentaristas y directivos de medios de comunicación, como Javier Ayuso (El País), Bieto Rubido (ABC), Ana Samboal (Telemadrid); políticos como Begoña Villacís (Ciudadanos), Pablo Casado (PP) y Antonio Miguel Carmona (PSOE); historiadores como Juan María Laboa, Charles Powell o José María Legorburu; o el jurista Antonio Garrigues Walker.
El congreso, que fue inaugurado por el nuncio, Renzo Fratini, se clausuró con la lectura de un manifiesto, en el que reivindican “la participación ciudadana en la vida pública como derecho y responsabilidad. Los católicos no podemos ser meros espectadores ante los acontecimientos políticos, queremos abandonar las lamentaciones para asumir nuestra misión en la vida pública”.
En el nº 2.965 de Vida Nueva
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