André Vingt-Trois, cardenal de París: “No debemos caer en la trampa de buscar un chivo expiatorio”

André Vingt-Trois, cardenal arzobispo de París preside una celebración por las víctimas de los atentados de París en Notre Dame 15 noviembre 2015

Entrevista con el arzobispo después de los ataques en el corazón de Europa

André Vingt-Trois, cardenal arzobispo de París preside una celebración por las víctimas de los atentados de París en Notre Dame 15 noviembre 2015

El cardenal en la celebración del 15 de noviembre en Notre Dame

CÉLINE HOYEAU, colaboración especial de ‘Urbi et Orbi’ | El domingo 15 de noviembre, dos días después de los brutales atentados que el ISIS cometió en la capital francesa, el cardenal arzobispo André Vingt-Trois presidió una celebración multiconfesional en la catedral de Notre Dame, en recuerdo de las víctimas. En esta entrevista, el cardenal de París asegura que “todo el país está en shock“, pero advierte del peligro de que esto afecte a la cohesión social y pide “una respuesta de amor en este océano de odio”.

PREGUNTA.- Qué le sugiere el drama que ha golpeado a Francia?

RESPUESTA.- Esta prueba provoca un profundo shock, no solo en las víctimas y sus familiares, evidentemente, sino también en todo el país. Por eso, el duelo nacional convocado por el presidente François Hollande confluye con la emoción de todos y responde a la necesidad de solidaridad y de comunión. Más ampliamente, estos atroces acontecimientos ocurridos concretan el sentimiento de hallarnos en “estado de guerra”. Para los cristianos, esta situación es una llamada a acercarnos más al sufrimiento de nuestros compatriotas y a ser testigos de la esperanza que nos habita. Esta salvajada vuelve ilusorias las tentativas de explicación: no se puede explicar lo irracional que es el odio. Y hace más urgente el deber de poner todas nuestras fuerzas al servicio de las víctimas y dar una respuesta de amor en este océano de odio.

P.- ¿Teme usted una fragmentación de la cohesión social?

R.- Es el riesgo más inmediato, y uno de los fines de estos atentados. Generando un reflejo de pánico, pueden, si no tenemos cuidado, favorecer una actitud de desconfianza recíproca, una sociedad de la sospecha. En ese caso, las comunidades musulmanas serían evidentemente las primeras víctimas, como muchísimos musulmanes son las víctimas diarias de los fanáticos del ISIS. Estamos llamados –y los cristianos los primeros– a no caer en la trampa de buscar un chivo expiatorio y a continuar e incrementar nuestro compromiso por la consolidación de los lazos sociales.

 

* Entrevista completa publicada en el A fondo de Vida Nueva, disponible en este enlace solo para suscriptores

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En el nº 2.965 de Vida Nueva. Del 21 al 27 de noviembre de 2015

 

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